Tras el violento ataque de una banda en la ciudad central de Pont-Sondé en Haití, los residentes han quedado conmocionados por la pérdida de 115 vidas y la sembrada inseguridad en las comunidades. Este acto ha sido descrito como uno de los masacres más mortales en la historia reciente de Haití. La violencia gangsteril pervasive amenaza con desestabilizar el país, ya que el ambiente se torna cada vez más peligroso con el paso de los días.
Anteriormente, Pont-Sondé era un próspero centro de comercio que limitaba con el río más largo de Haití, el Artibonite. Sin embargo, en los últimos años se ha convertido en un foco de actividad de pandillas, con ataques y secuestros cada vez más frecuentes. Según las Naciones Unidas, al menos 20 grupos armados diferentes operan en la región, incluida la banda Gran Grif, responsable del ataque en Pont-Sondé. La masacre de la semana pasada resultó particularmente indiscriminada, ya que se cobró la vida de bebés, ancianos y familias enteras.
La alcaldesa de la ciudad cercana de Saint-Marc, Myriam Fièvre, ha manifestado que el número de fallecidos se espera que aumente, ya que hay cuerpos en zonas actualmente inaccesibles para las autoridades. Esta situación ha generado alarma tanto en las autoridades haitianas como en las organizaciones humanitarias, ya que ataques de esta magnitud no se habían visto fuera de la capital del país, Port-au-Prince, que es el centro de mayor actividad pandilleril en la nación.
El pasado 4 de octubre, las autoridades haitianas sustituyeron al comisionado de la región del río Artibonite en un esfuerzo por controlar la actividad de las pandillas y evitar futuros ataques. La Organización Internacional para las Migraciones informa que más de 6,200 personas han sido desplazadas como resultado del ataque de la semana pasada, refugiándose en ciudades como Saint-Marc y sus alrededores. La mayoría se ha refugiado con parientes o familias anfitrionas, mientras que alrededor de 750 personas buscan refugio en albergues improvisados, como escuelas e iglesias.
Tras el ataque, Saint-Marc se vio desbordada por la repentina llegada de personas desplazadas. Fièvre expresó su preocupación ante el aumento de la actividad de la banda Gran Grif en las zonas circundantes. Existe un gran malestar entre los residentes haitianos tras la masacre reciente. Antes del 3 de octubre, la banda anunció sus planes en redes sociales. Los residentes haitianos están indignados porque las autoridades no tomaron medidas y responsabilizan al gobierno.
El experto senior en Haití para la Iniciativa Global Contra el Crimen Organizado Transnacional, Romain Le Cour, ha calificado esta masacre como la más aterradora en décadas en Haití. Asimismo, la ONU ha sido crítica con las autoridades haitianas, señalando que su respuesta fue «inadecuada e inconsistente». A pesar de ello, la ONU y sus grupos afiliados están en primera línea de la crisis, distribuyendo medicamentos, comidas calientes, suministros de salud reproductiva y transferencias de efectivo a las comunidades afectadas.IPS UN Bureau Report.
Espera, ¿cómo es posible que los haitianos señalen al gobierno por la masacre en Pont-Sondé?? ¿No deberían ser las autoridades las encargadas de investigar y resolver este tipo de tragedias? ¡¿Alguien me puede explicar esta situación!?