El conflicto en el Medio Oriente continúa escalando, con Israel ampliando las órdenes de evacuación en Gaza después de un mortal ataque en un refugio, según autoridades sanitarias locales. El ejército israelí ha ordenado evacuaciones masivas en áreas del sur de Gaza tras un ataque a un refugio en una escuela en el norte que dejó al menos 80 palestinos muertos. Israel justificó el ataque como dirigido a un puesto de mando de militantes, donde murieron 19 combatientes.
Estas órdenes de evacuación se suman a las ya repetidas evacuaciones en diferentes zonas de Gaza donde la población ha sido desplazada múltiples veces debido a la guerra que lleva 10 meses. La población de Gaza, que asciende a 2.3 millones de habitantes, se ha visto forzada a refugiarse en precarios campamentos o en edificaciones como escuelas que ahora son blanco de los ataques.
Las últimas órdenes de evacuación se centran en áreas de Khan Younis, incluyendo parte de una zona humanitaria declarada por Israel, desde donde afirman que han sido lanzados cohetes. Israel acusa a Hamas y otros grupos militantes de esconderse entre civiles y lanzar ataques desde zonas residenciales.
Cabe destacar que la situación en Khan Younis, la segunda ciudad más grande de Gaza, es especialmente crítica después de haber sufrido una amplia destrucción durante una ofensiva aérea y terrestre a principios de año. La población se vio obligada a huir nuevamente la semana pasada tras una orden de evacuación anterior.
Las familias afectadas se ven obligadas a abandonar sus hogares una vez más en busca de refugio en una realidad marcada por la incertidumbre y la falta de seguridad. La población civil, sobre todo mujeres y niños, padece las consecuencias directas de un conflicto que parece no tener fin.
La crisis humanitaria en la región no deja de empeorar, con un número alarmante de personas desplazadas y una cifra de muertos que no deja de aumentar. Organismos internacionales han advertido sobre los riesgos de una hambruna inminente si no se logra alcanzar un acuerdo de alto el fuego y una solución al conflicto que involucra a múltiples actores regionales e internacionales.
A medida que la violencia persiste, la comunidad internacional condena los ataques, reafirmando la necesidad urgente de una tregua y un acuerdo que ponga fin a la escalada de hostilidades. El impacto en la población civil es devastador, con cifras que siguen incrementándose y un futuro incierto para la región.
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