Joe Biden y Benjamin Netanyahu mantienen conversación telefónica sobre Israel.

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, mantuvieron una llamada telefónica el miércoles después de siete semanas sin comunicarse, en un momento en el que Israel amplía su incursión terrestre en Líbano y considera cómo responder al reciente ataque con misiles balísticos de Irán.

La vicepresidenta Kamala Harris se unió a la llamada, según la Casa Blanca.

Mientras tanto, la oficina de Netanyahu confirmó que el primer ministro había hablado recientemente con el ex presidente Donald Trump. El republicano, que se encuentra en una cerrada carrera hacia la Casa Blanca contra Harris, llamó a Netanyahu la semana pasada y «lo felicitó por las operaciones intensas y decididas que Israel llevó a cabo contra Hezbollah», según la oficina de Netanyahu.

«Los líderes mundiales quieren hablar y reunirse con el presidente Trump porque saben que pronto regresará a la Casa Blanca y restaurará la paz en todo el mundo», dijo la portavoz de la campaña de Trump, Karoline Leavitt, en un comunicado sobre esa llamada, a la que se unió un aliado de Trump, el senador Lindsey Graham, republicano de Carolina del Sur.

Israel ha estado discutiendo cómo responder al bombardeo de misiles iraníes del 1 de octubre, que Estados Unidos ayudó a repeler. Biden dijo la semana pasada que no apoyaría un ataque de represalia de Israel a sitios relacionados con el programa nuclear de Teherán.

Las opciones de Israel van desde un ataque en gran parte simbólico, similar a como Israel respondió después de que Irán lanzara misiles y drones de ataque en abril, hasta golpear instalaciones petroleras y otras infraestructuras.

Desde la última llamada de los líderes, Israel ha llevado a cabo una audaz campaña de sabotaje y asesinato contra Hezbollah respaldado por Irán en Líbano, donde el grupo militante ha continuado disparando misiles, cohetes y drones a Israel.

Israel está llevando a cabo ahora lo que ha descrito como operaciones terrestres limitadas a lo largo de su frontera norte con Líbano para desenterrar a Hezbollah. Los ataques aéreos mataron al líder del grupo, Hassan Nasrallah, y diezmaron su liderazgo.

El mes pasado, miles de explosivos ocultos en localizadores y walkie-talkies utilizados por Hezbollah detonaron, matando a decenas de personas y mutilando a miles, incluidos muchos civiles. Se cree ampliamente que Israel está detrás del ataque.

Estados Unidos ha mantenido una presencia militar reforzada en la región, para defender a Israel y los intereses estadounidenses en el Medio Oriente. Washington se ha vuelto cada vez más vocal con los funcionarios israelíes sobre la necesidad de mantenerlos informados sobre sus decisiones para garantizar la protección de las fuerzas estadounidenses.

El ministro de Defensa de Israel, Yoav Gallant, tenía previsto reunirse con el secretario de Defensa, Lloyd Austin, el miércoles, pero los israelíes pospusieron la visita, según la portavoz del Pentágono, Sabrina Singh.

La llamada Biden-Netanyahu tuvo lugar un día después de las revelaciones del nuevo libro del periodista Bob Woodward, «War», en el que Biden ha hecho saber en privado su frustración y desconfianza hacia el líder israelí.

El presidente soltó una diatriba llena de profanidades en privado, llamándolo «hijo de puta» y un «maldito tipo malo», según el libro.

Biden dijo que sentía, según la narración de Woodward, que Netanyahu «le había estado mintiendo regularmente». Con Netanyahu «continuando diciendo que iba a matar a cada último miembro de Hamas». Woodward escribió que «Biden le había dicho que eso era imposible, amenazando tanto en privado como públicamente con retener los envíos de armas ofensivas de Estados Unidos».

La Casa Blanca se negó a hacer comentarios.

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Goldenberg informó desde Jerusalén. Los escritores de Associated Press Jill Colvin en Nueva York y Lolita C. Baldor contribuyeron a este informe.