Un hito en Australia: madre condenada por matrimonio forzado condena
Brisbane, Australia – La condena por matrimonio forzado de Sakina Muhammad Jan, originaria de Afganistán y residente en Australia, ha causado conmoción en la comunidad. Jan, madre de Ruqia Haidari, la cual fue obligada a casarse contra su voluntad y posteriormente asesinada por su esposo, ha sido sentenciada a tres años de prisión, siendo la primera persona en Australia en ser condenada por este crimen desde su criminalización en 2013.
A raíz de este caso, expertos en matrimonios forzados, como Helena Hassani de la Universidad de Tecnología de Sídney (UTS), han señalado el impacto que esta sentencia ha tenido en la comunidad. «Ha generado miedo y ansiedad en nuestra comunidad. Es un recordatorio de que el matrimonio forzado es ilegal en Australia y las consecuencias de tales actos», mencionó Hassani.

El matrimonio forzado es considerado una forma de violencia de género que afecta principalmente a mujeres jóvenes, con consecuencias que van desde abusos físicos y psicológicos hasta suicidios o asesinatos. En los últimos seis años, la Policía Federal Australiana (AFP) ha recibido 531 informes de matrimonios forzados en Australia, la mayoría de ellos involucrando a menores de 18 años.
La historia de Ruqia Haidari revela cómo, a pesar de intentar expresar su negativa al matrimonio, fue presionada a casarse con Mohammad Ali Halimi. Tras un período de abuso y violencia, Halimi acabó asesinándola en enero de 2020. Este trágico desenlace ha puesto de manifiesto la urgencia de abordar el problema del matrimonio forzado en Australia y proteger a las víctimas.
La condena de Jan ha desencadenado un debate sobre la necesidad de una respuesta civil más sólida ante el matrimonio forzado, incluyendo la posibilidad de solicitar órdenes de protección en casos de riesgo, así como la implementación de medidas para prevenir la salida del país de posibles víctimas. Estas acciones buscan fortalecer la protección de quienes enfrentan esta realidad y evitar futuros casos como el de Ruqia Haidari.
En un contexto donde se evidencia la necesidad de reformas legales y medidas de apoyo más efectivas, el caso de Jan sirve como un recordatorio de las consecuencias devastadoras del matrimonio forzado y la importancia de proteger los derechos de las víctimas. La lucha contra esta práctica nociva requiere de un compromiso conjunto de la sociedad y las autoridades para garantizar la seguridad y el bienestar de quienes se encuentran en riesgo.

GIPHY App Key not set. Please check settings