Redacción - El Semanal
Un fuerte terremoto sacudió Los Ángeles el pasado lunes por la tarde, con una magnitud de 4.4 que se sintió desde la zona de Los Ángeles hasta San Diego en la frontera entre Estados Unidos y México. A pesar de que el temblor provocó el movimiento de edificios, vibración de platos y activación de alarmas de coches, no se reportaron daños importantes ni lesiones de inmediato.
El epicentro del terremoto se ubicó cerca del barrio de Highland Park en Los Ángeles, a unos 10.5 kilómetros al noreste del Ayuntamiento de la ciudad y aproximadamente a 12.1 kilómetros de profundidad, según el Servicio Geológico de los Estados Unidos.
El temblor se sintió desde Los Ángeles hasta San Diego y hacia el este hasta la región desértica de Palm Springs, según el informe de la comunidad del USGS. Se recibieron algunos informes del sur del Valle de San Joaquín, a unas 100 millas al noroeste de Los Ángeles.
Este terremoto sirvió más como un recordatorio de lo que podría ocurrir en un estado donde una gran población vive sobre líneas de fallas activas.
«Después de haber vivido el terremoto de Northridge (de magnitud 6.7 en 1994), el temblor de hoy me hizo recordar las reglas que pueden salvar vidas durante un terremoto: tirarse al suelo, cubrirse y agarrarse. También nos recordó a todos que vivimos en un país sísmico y que debemos estar preparados», dijo la Supervisora del Condado de Los Ángeles, Kathryn Barger.
El Servicio Meteorológico Nacional dijo que no se esperaba un tsunami, y el USGS ajustó a la baja su estimación inicial de magnitud del terremoto a 4.4. El Departamento de Bomberos de Los Ángeles indicó no haber recibido informes iniciales de daños o lesiones mientras verifica la infraestructura en toda la ciudad.
El temblor se produjo en el primer día de clases del Distrito Escolar Unificado de Los Ángeles. Al menos una escuela secundaria, John Marshall en Los Feliz, alertó a los padres que evacuaron los edificios para verificar daños, pero no observaron ninguno de inmediato.
El terremoto ocurrió menos de una semana después de que un temblor de magnitud 5.2 sacudiera el sur de California y también se sintiera ampliamente en Los Ángeles. Ese terremoto no causó lesiones ni daños importantes.
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