El pasado lunes, se produjo un altercado en el Cementerio Nacional de Arlington durante una ceremonia de colocación de coronas de flores en honor a los miembros del servicio caídos en la retirada de la guerra de Afganistán. Según un oficial de defensa que habló con The Associated Press bajo condición de anonimato, la campaña de Donald Trump fue advertida sobre la prohibición de tomar fotografías en la sección 60 del cementerio, donde yacen los militares caídos en Afganistán e Iraq.
Arlington National Cemetery es el lugar de descanso de más de 400.000 miembros del servicio, veteranos y sus familias. Tras el incidente, en el que miembros del equipo de campaña de Trump presuntamente insultaron y empujaron a un oficial del cementerio que intentaba detenerlos de tomar fotos, se presentó un informe. Sin embargo, los detalles exactos del incidente no fueron revelados por las autoridades del cementerio.
La ley federal prohíbe actividades relacionadas con campañas políticas o elecciones dentro de los cementerios militares nacionales del Ejército, lo cual incluye a fotógrafos u otras personas que asisten en apoyo directo a un candidato político partidista. La campaña de Trump, a través de su portavoz Steven Cheung, aseguró que se les había concedido acceso para tener un fotógrafo y negó las acusaciones de que un miembro del equipo de campaña empujó a un oficial del cementerio.
Ante las críticas y acusaciones, el asesor de alto rango de la campaña de Trump, Chris LaCivita, defendió la presencia del candidato en el cementerio, afirmando que Trump fue invitado por las familias de los miembros del servicio caídos en el atentado del aeropuerto de Kabul. Por otro lado, un portavoz del oponente demócrata de Trump, la vicepresidenta Kamala Harris, comentó que el incidente era «triste» y que reflejaba el comportamiento esperado del expresidente.
La controversia en torno a este incidente ha generado una serie de reacciones políticas y públicas, con figuras como el congresista demócrata Gerry Connolly pidiendo más detalles sobre lo ocurrido. Mientras tanto, el gobernador republicano de Utah, Spencer Cox, se disculpó por utilizar una foto de él junto a Trump en la ceremonia de Arlington en un correo electrónico de campaña, admitiendo que no fue apropiado politizar dicho evento.
En conclusión, el incidente en Arlington National Cemetery durante la visita de la campaña de Trump ha generado controversia y debate sobre el respeto a los lugares sagrados y la conducta política en eventos de carácter solemne. La polémica continua en torno a las acciones y reacciones de los involucrados, mientras las autoridades del cementerio mantienen reservas sobre el informe del incidente.
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