Justicia histórica en El Salvador: Condenan a exmilitares por asesinato de periodistas holandeses en 1982
Un tribunal de El Salvador ha dictado una sentencia condenatoria contra tres exoficiales militares por su participación en el asesinato de dos periodistas holandeses en 1982, durante el conflicto armado que marcó la historia del país centroamericano. La resolución judicial, anunciada esta semana, cierra un capítulo de impunidad que ha perdurado por más de cuatro décadas y reabre el debate sobre las violaciones a los derechos humanos cometidas en uno de los períodos más oscuros de la nación.
Los condenados, identificados como integrantes de un batallón de élite, fueron hallados culpables de homicidio agravado y crímenes de lesa humanidad. Las víctimas, corresponsales extranjeros que investigaban masacres contra civiles, fueron secuestradas, torturadas y ejecutadas extrajudicialmente. Según documentos desclasificados, los militares intentaron encubrir los hechos bajo la narrativa de un "enfrentamiento con la guerrilla", versión que fue desmontada gracias a testimonios de sobrevivientes y pruebas forenses.

Organizaciones defensoras de la libertad de prensa, como Reporteros Sin Fronteras, han calificado el fallo como un "hito en la lucha contra la impunidad". No obstante, familiares de las víctimas exigen que las sentencias —que oscilan entre 20 y 30 años de prisión— sean solo el inicio de un proceso más amplio para esclarecer otros crímenes contra comunicadores durante la guerra civil salvadoreña (1980-1992).
El caso también ha reavivado tensiones políticas en el país. Sectores conservadores, incluyendo exmiembros de la cúpula castrense, insisten en que los juicios "reescriben la historia con un sesgo ideológico". Mientras, el gobierno actual, que ha promovido una agenda de reconciliación, asegura que esta sentencia "refleja el compromiso con la justicia transicional".
Este veredicto coincide con un momento crítico para la prensa en América Latina, donde la violencia contra periodistas persiste en naciones como México y Colombia. Expertos en derechos humanos destacan que la resolución salvadoreña podría sentar un precedente para casos similares en la región, especialmente aquellos vinculados a crímenes de Estado.
La condena, aunque tardía, llega en un contexto global donde la protección de los profesionales de la información se ha convertido en un tema urgente. Según datos de la UNESCO, más de 1.500 periodistas han sido asesinados en el mundo desde 2006, y solo uno de cada diez casos ha recibido justicia. Para El Salvador, este fallo representa un paso simbólico hacia la reparación, pero también deja en evidencia los desafíos que persisten para garantizar que la prensa ejerza su labor sin temor a represalias.

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