Vecinos sorprenden al insultar a sus vecinos a través de cámara de seguridad.

En una decisión reciente del Tribunal de Resolución Civil de la provincia de Columbia Británica, se determinó que una pareja propietaria de una casa adosada había causado molestias al utilizar la función de altavoz de su cámara de timbre para gritar «groserías e insultos» a sus vecinos. Hon Wing Chan y Hung Angela Cheung estaban disputando multas de $900 por violar una normativa contra el ruido excesivo, según la decisión publicada en línea el viernes.

La disputa se centraba en que la pareja había sido multada 18 veces, $50 por cada presunta infracción, por emitir ruido a través de su timbre, lo que, según el tribunal, interrumpía el uso y disfrute de la propiedad de otros vecinos en áreas comunes. La normativa de ruido de la comunidad establece que este se vuelve inaceptable y constituye una molestia cuando interfiere con el disfrute de la propiedad de otras personas.

Chan y Cheung argumentaron que el ruido era generado dentro de su hogar y no en un área común, por lo que no se les debería multar. También afirmaron que el volumen del ruido era bajo y no se proyectaba en el área común, por lo que no debería perturbar a otros residentes. Sin embargo, el tribunal desestimó sus argumentos luego de revisar pruebas en video que demostraban lo contrario.

La magistrada Alison Wake dictaminó que los ruidos producidos eran excesivos, con un nivel de intensidad y frecuencia suficiente como para considerarse más que una simple incomodidad. Basándose en la evidencia presentada, señaló que un ciudadano común consideraría estos ruidos insoportables, especialmente dada la naturaleza de los mismos, el uso de lenguaje inapropiado y la hora en que ocurrían, principalmente durante la noche.

Si bien se cancelaron dos de las multas de $50 debido a errores en el proceso de imposición, el tribunal denegó la solicitud de la comunidad de imponer $850 adicionales en multas. Asimismo, se determinó que no era necesario que la pareja retirara su cámara de timbre, ya que no infringía las normativas de la comunidad.

En última instancia, se emitió una orden para que Cham y Cheung cumplieran con la normativa de la comunidad que prohíbe el ruido excesivo, una medida considerada justificada dada la frecuencia de incidentes reportados en el caso. Esta decisión destaca la importancia del respeto mutuo entre vecinos y el cumplimiento de las normas de convivencia en entornos residenciales compartidos.