La reciente solicitud de la UNESCO para detener el avance del Tren Maya ha generado un debate internacional sobre los posibles impactos ambientales y culturales que este megaproyecto gubernamental podría tener en México. El colectivo «Sélvame del Tren» ha alertado sobre el impacto en el patrimonio arqueológico y paleontológico de la región, que alberga restos datados desde los orígenes de los humanos en América.
En respuesta a estas preocupaciones, el Comité del Patrimonio Mundial de la UNESCO ha exigido al gobierno mexicano llevar a cabo una evaluación ambiental estratégica que evalúe los posibles efectos nocivos del Tren Maya en áreas como el centro histórico de Campeche, las zonas arqueológicas de Chichén Itzá, Uxmal y Palenque, y las Reservas de la Biosfera de Sian Ka’an y Calakmul, todas ellas consideradas patrimonio natural y cultural de la humanidad.
La Unesco ha destacado la urgencia de realizar esta evaluación antes de proceder con el proyecto, haciendo un llamado a la reflexión sobre el impacto que la infraestructura del tren podría tener en un entorno tan delicado como el de estas zonas protegidas. En una reunión en Nueva Delhi, India, se expresó preocupación por la falta de preparación en la evaluación ambiental estratégica, basada en recomendaciones de organismos internacionales especializados en conservación de la naturaleza.

Además, el Comité del Patrimonio Mundial ha presentado análisis detallados sobre los posibles efectos de los trenes mayas en la Reserva Arqueológica y de la Biosfera Campeche Calakmul, declarada patrimonio cultural y natural en 2002. La suspensión de un tramo del Tren Maya por impactos ambientales en el Distrito 5 Sur ha evidenciado la importancia de respetar los informes de impacto ambiental para evitar daños irreversibles en el entorno.
Mientras tanto, el proyecto del Tren Maya ha sido también motivo de descubrimientos arqueológicos significativos, como la identificación de siete edificaciones prehispánicas en Kohunlich, lo que ha llevado a replantear la planificación de estaciones y rutas del tren. A pesar de las críticas y la oposición de algunos sectores, el proyecto busca resaltar la rica historia de la región y promover el desarrollo económico a través de la conexión de segmentos y rutas clave.
En medio de este debate, la protección de las selvas y cuevas ricas en historia se ha convertido en un tema central, recordando que hay mucho más en juego que la simple construcción de una infraestructura de transporte. La importancia de equilibrar el desarrollo con la conservación del patrimonio natural y cultural de México se torna fundamental en la discusión en torno al Tren Maya y su impacto en el país.

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