La gestión de residuos de envases se ha convertido en un tema de gran relevancia a nivel global, impulsado por la creciente conciencia sobre la crisis climática y la necesidad de reducir nuestra huella ambiental. En este contexto, Europa ha implementado una nueva regulación de envases y residuos de envases, con el objetivo de abordar el aumento constante de los residuos y fomentar la economía circular.
Esta nueva normativa europea, aprobada recientemente por el Parlamento Europeo, establece objetivos ambiciosos para la reducción de envases y sus residuos generados. Se pretende minimizar la cantidad de envases a través de medidas como la prohibición de ciertos tipos de envases de plástico de un solo uso y la imposición de condiciones para el diseño que reduzcan el peso y volumen de los envases al mínimo necesario.
Además, se promueve la reciclabilidad de los envases, con el objetivo de que todos sean reciclables para el año 2030, salvo excepciones específicas. Esto se respalda con criterios de rendimiento para evaluar la reciclabilidad de los envases y herramientas como «Recyclass» para facilitar el diseño de productos plásticos reciclables.

La normativa también establece objetivos de contenido reciclado para envases de plástico, con la previsión de aumentar progresivamente estos porcentajes. Sin embargo, se plantea un desafío debido a la situación actual en la que el precio de la materia prima virgen es menor que el del plástico reciclado, lo que dificulta su incorporación.
Otro aspecto destacado de la regulación es la promoción de sistemas de recogida separada y reciclaje, con incentivos económicos y normativas específicas para garantizar una recuperación eficiente de los residuos de envases. Esto incluye la priorización de la recogida selectiva para evitar la pérdida de recursos y facilitar el reciclaje de un mayor número de envases.
En este sentido, expertos del sector como Jesús Pérez, Director del Cluster de Innovación en Envase y Embalaje, y Óscar Hernández, Presidente de la Asociación Nacional de Recicladores de Plástico (ANARPLA), destacan la importancia de adaptarse a estas nuevas disposiciones normativas y trabajar en conjunto para cumplir con los objetivos establecidos a nivel europeo.
En conclusión, la nueva regulación europea de envases y residuos de envases plantea desafíos significativos pero también oportunidades para promover una gestión más sostenible de los residuos de envases. La colaboración, la innovación, la educación y el diseño adecuado de los envases serán clave para asegurar el éxito en la transición hacia un modelo más circular y respetuoso con el medio ambiente.

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