Kim Jong-Un ofrece asistencia médica a damnificados por inundaciones.

El líder de Corea del Norte, Kim Jong-Un, ha anunciado que su país no buscará ayuda externa para recuperarse de las devastadoras inundaciones que afectaron áreas cercanas a la frontera con China. En cambio, ha ordenado a los funcionarios que trasladen a miles de desplazados a la capital para brindarles un mejor cuidado.

Kim declaró que llevará entre dos y tres meses reconstruir viviendas y estabilizar las zonas afectadas por las inundaciones. Mientras tanto, su gobierno tiene previsto acoger a unas 15,400 personas -entre ellas madres, niños, adultos mayores y soldados discapacitados- en instalaciones en Pyongyang, según informó la agencia oficial de noticias de Corea del Norte, KCNA, el sábado.

Durante una visita de dos días a la ciudad noroccidental de Uiju, Kim se reunió con las víctimas de las inundaciones y discutió sobre las labores de recuperación. La agencia KCNA elogió la visita de Kim, destacando su «liderazgo sagrado» y su «cálido amor y espíritu ennoblecido de servicio dedicado al pueblo».

Las intensas lluvias a finales de julio provocaron inundaciones en la ciudad noroccidental de Sinuiju y en la ciudad vecina de Uiju, dejando 4,100 casas, 7,410 acres de campos agrícolas, y numerosos edificios públicos, estructuras, carreteras y ferrocarriles afectados, según informes de los medios estatales.

Aunque Corea del Norte no ha ofrecido información sobre el número de víctimas mortales, Kim culpó a los funcionarios públicos que descuidaron la prevención de desastres por causar «las bajas que no pueden ser permitidas».

A pesar de las ofertas de ayuda de países aliados como Rusia y China, así como de grupos de ayuda internacionales, Corea del Norte no ha expresado públicamente su deseo de recibirla. Kim agradeció a los países extranjeros y organizaciones internacionales por su oferta de apoyo humanitario, pero enfatizó la importancia de la confianza en el pueblo y la autosuficiencia en la resolución de problemas.

Kim rechazó la oferta de ayuda de Corea del Sur, así como la de combatir el brote de COVID-19 en 2022. Las tensiones entre ambos países se encuentran en su punto más álgido en años debido a las ambiciones nucleares de Corea del Norte y a los ejercicios militares conjuntos de Corea del Sur con Estados Unidos y Japón.

Durante su reciente visita a Uiju, Kim volvió a acusar a Corea del Sur de exagerar los daños y las víctimas de las inundaciones en el Norte, calificándolo como una «campaña difamatoria» y una «grave provocación» contra su gobierno. Algunos informes de medios surcoreanos sugieren que los daños por las inundaciones en el Norte podrían ser mayores de lo que han reconocido los medios estatales, y que el número de víctimas mortales podría superar las 1,000.