Redacción - El Semanal
El Vaticano expulsa al fundador del movimiento Sodalitium tras una investigación
En un hecho sin precedentes, el Vaticano anunció la expulsión del fundador del influyente movimiento religioso peruano Sodalitium Christianae Vitae, Luis Fernando Figari, luego de más de una década de minimizar acusaciones de abuso sexual y psicológico, así como corrupción financiera.
La decisión fue tomada por la oficina del Vaticano encargada de las órdenes religiosas, tras una investigación de alto nivel ordenada el año pasado por el Papa Francisco. El pontífice quería abordar a fondo el escándalo que rodeaba al Sodalitium, después de que comisiones anteriores no lograran resolver íntegramente los problemas del grupo.
Según el decreto publicado en el sitio web de la conferencia episcopal peruana, el Papa Francisco autorizó explícitamente la expulsión de Figari del movimiento, a pesar de que el derecho canónico no cubría específicamente su presunta mala conducta.
El comportamiento de Figari fue catalogado como «incompatible y, por lo tanto, inaceptable en un miembro de una institución eclesiástica, además de causar escándalo y daño grave al bien de la iglesia y a los fieles individuales», según el decreto.
La expulsión tendría como objetivo restaurar la justicia dañada por las acciones de Figari a lo largo de muchos años y proteger en el futuro el bien individual de los fieles y de la iglesia.
El Sodalitium Christianae Vitae fue fundado en 1971 como una comunidad laica para reclutar «soldados para Dios», en medio de un movimiento conservador en reacción a la teología de la liberación de tendencia izquierdista que se extendió por América Latina a partir de la década de 1960. En su apogeo, el grupo contaba con cerca de 20,000 miembros en América del Sur y Estados Unidos, siendo sumamente influyente en Perú.
Las revelaciones de abusos por parte de Figari surgieron por primera vez en 2011, cuando las víctimas se quejaron a la arquidiócesis de Lima. Sin embargo, ni la iglesia local ni la Santa Sede tomaron medidas concretas hasta que una de las víctimas, Pedro Salinas, escribió un libro detallando las prácticas retorcidas del Sodalitium «Medio Monjes, Medio Soldados», en 2015.
Una investigación externa encargada por el Sodalitium reveló en 2017 que Figari era «narcisista, paranoico, denigrante, vulgar, vengativo, manipulador, racista, sexista, elitista y obsesionado con temas sexuales y la orientación sexual» de los miembros del movimiento. El informe encontró que Figari sodomizaba a sus reclutas, los obligaba a acariciarse mutuamente y disfrutaba viéndolos «experimentar dolor, malestar y miedo».
A pesar de estas revelaciones, la Santa Sede se abstuvo de expulsar a Figari del movimiento en 2017 y simplemente le ordenó vivir aparte de la comunidad en Roma y cesar todo contacto con ella. La decisión generó controversia, ya que el derecho canónico no preveía sanciones de este tipo para fundadores de comunidades religiosas que no eran sacerdotes. Salinas lo llamó un «exilio dorado».
La expulsión de Figari plantea dudas sobre la base misma y la existencia continuada del Sodalitium, ya que estos movimientos religiosos están estrechamente ligados a su fundador y a la inspiración original del movimiento.
Aún no está claro si se tomarán más decisiones sobre el Sodalitium, que controla importantes intereses económicos. La expulsión de Figari representa un paso significativo por parte del Papa Francisco, tras el regreso de los investigadores de abusos del Vaticano desde Perú el año pasado. En abril, el pontífice aceptó la renuncia de un arzobispo peruano y miembro del Sodalitium, José Eguren, quien demandó a Salinas y a otro periodista por sus informes sobre el Sodalitium.
Además de los abusos de Figari, sus informes destaparon el presunto desalojo forzoso de campesinos de tierras en la diócesis de Eguren por un desarrollador inmobiliario vinculado al Sodalitium.
El Sodalitium ha afirmado en el pasado que colabora con la investigación del Vaticano y ha citado a Figari diciendo que es inocente, aunque ha calificado las acusaciones de «Medio Monjes, Medio Soldados» como plausibles.
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