En medio de la devastación causada por el conflicto de 18 meses en Sudán, la noticia de un ataque brutal en el pueblo de Galgani ha dejado consternados a residentes y autoridades. Según el Ministerio de Relaciones Exteriores de Sudán, al menos 85 personas, incluyendo mujeres y niños, perdieron la vida cuando miembros de las Fuerzas de Apoyo Rápido, un grupo paramilitar, incursionaron en la aldea central de Galgani en la provincia de Sennar.
Testigos presenciales relataron que cientos de combatientes de las Fuerzas de Apoyo Rápido saquearon y quemaron casas y propiedades públicas en Galgani. El ataque se produjo después de que los residentes se resistieran y repelieran un primer intento de secuestro y agresión sexual por parte de un grupo reducido de combatientes de las RSF. Sin embargo, el grupo regresó con refuerzos, desatando el caos y la tragedia en la pacífica localidad.
La violencia desatada en Galgani se suma a una larga lista de atrocidades cometidas por las Fuerzas de Apoyo Rápido desde el inicio de la guerra el año pasado. Se les ha acusado repetidamente de masacres, violaciones y otras graves violaciones de derechos humanos en todo el país, lo que ha generado repudio a nivel nacional e internacional.
En medio de este contexto sangriento, Estados Unidos ha liderado esfuerzos para reanudar las conversaciones de paz entre el ejército y las RSF. Sin embargo, con la reticencia del ejército a participar en las negociaciones, la posibilidad de un acuerdo que ponga fin al conflicto parece lejana. Los representantes de Arabia Saudita, Egipto, Emiratos Árabes Unidos, la Unión Africana y las Naciones Unidas han estado presentes en las conversaciones en Suiza, mientras que las RSF han enviado una delegación pero se han abstenido de participar activamente.
Este episodio de violencia en Galgani pone de manifiesto la urgente necesidad de encontrar una solución política a la situación en Sudán, que ya ha cobrado decenas de miles de vidas y llevado al país al borde de la hambruna. Con más de 10.7 millones de personas desplazadas desde el inicio de los enfrentamientos, la crisis en Sudán se ha convertido en la mayor crisis de desplazamiento del mundo, con más de 2 millones de personas buscando refugio en países vecinos.
La comunidad internacional ha condenado enérgicamente los crímenes de lesa humanidad y las violaciones flagrantes de los derechos humanos en Sudán, instando a todas las partes involucradas a buscar una solución pacífica y duradera para el conflicto. Mientras tanto, los habitantes de Galgani lloran a sus seres queridos y se enfrentan a la devastación causada por la violencia despiadada de las Fuerzas de Apoyo Rápido en su comunidad.
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