Un encendedor de lujo supera en precio a un automóvil deportivo.

En el universo del lujo extremo, los encendedores han adquirido un estatus que va más allá de su función básica. Estas joyas de la «ultra luxury» son consideradas verdaderas obras de arte, con materiales como oro, zafiros, esmeraldas, rubíes y diamantes incrustados en su diseño. Se convierten así en un símbolo de estatus y, en algunos casos, en inversiones millonarias. Lejos de ser simplemente dispositivos para encender fuego, los encendedores de lujo se presentan como piezas únicas y exclusivas, codiciadas por aquellos que buscan marcar la diferencia mediante accesorios inigualables.

La competencia por diseñar el encendedor más lujoso ha desatado una verdadera carrera por la extravagancia. Marcas como ST Dupont se han destacado en este mercado, ofreciendo creaciones como el Complicaciones del Casino, un encendedor de bolsillo personalizado en paladio y oro amarillo o rosa, con un precio de 65.000 dólares. Estas piezas no solo emiten fuego, sino que transmiten un mensaje de distinción y exclusividad que solo unos pocos privilegiados pueden ostentar.

El lujo se eleva a otro nivel con encendedores que alcanzan precios de seis e incluso siete cifras. Un ejemplo es el Montgolfière de ST Dupont, una exquisita pieza inspirada en el primer vuelo en globo aerostático de 1783 en Annonay, Francia. Valorada en más de 300.000 dólares, esta obra maestra combina la elegancia del oro de 24 quilates con la sofisticación de los diamantes, convirtiéndose en una verdadera joya para coleccionistas y amantes del lujo.

Sin embargo, el récord del encendedor más caro del mundo ha sido objeto de controversia a lo largo de los años. Si bien el Louise XIII Fleur de Parme de ST Dupont ha sido aclamado como una pieza única, con un conjunto vendido por casi 678.000 dólares en 2013, nuevas propuestas han surgido para desafiar su reinado. Empresas como El Septimo han presentado encendedores de mesa elaborados en oro de 18 quilates y piedras preciosas, con un precio impresionante de 5,5 millones de dólares, redefiniendo los límites de la extravagancia y el lujo en este exclusivo mercado.

En definitiva, los encendedores de lujo se han convertido en más que simples accesorios, en verdaderas manifestaciones de opulencia y refinamiento. Detrás de cada una de estas exquisitas creaciones se esconde un mundo de artesanía, historia y exclusividad, que seduce a aquellos que buscan destacar en un universo donde el lujo no conoce límites.