El Reino Unido implementa con éxito un impuesto innovador en bebidas azucaradas.

Los impuestos a ciertos alimentos están siendo implementados por varios países con el fin de reducir el consumo de productos perjudiciales para la salud, sin llegar a prohibirlos. Este enfoque ha sido exitoso en naciones como el Reino Unido, donde gravar bebidas azucaradas ha demostrado impactar significativamente la ingesta de azúcar en niños y adultos.

Un estudio reciente publicado durante el verano reveló que la imposición de impuestos a las bebidas azucaradas ha llevado a una reducción notable en la cantidad de azúcar consumida diariamente por los niños. Se estima que la ingesta diaria de azúcar se ha reducido en promedio en 4,8 gramos, mientras que para los adultos la disminución fue aún mayor, llegando a 11 gramos menos de azúcar.

Al analizar el contenido de azúcar en estas bebidas, se observa que los menores han reducido su consumo en 3 gramos (una disminución del 23,5%), y los adultos en unos 5 gramos (equivalente a una reducción del 40,5%). A pesar de estos alentadores resultados, el equipo de investigación advierte que los niveles de consumo de «azúcares libres» aún superan las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud, que establece límites diarios para adultos y niños.

El impuesto sobre las bebidas azucaradas en el Reino Unido, implementado en abril de 2018, ha sido objeto de un exhaustivo análisis. Las tarifas establecidas gravan con 0,24 libras a las bebidas con más de 8 gramos de azúcar por 100 mililitros, y con 0,18 libras a las que contienen entre 5 y 8 gramos de azúcar por la misma cantidad.

Un estudio comparativo realizado por un equipo de investigadores evaluó el impacto de este impuesto en base a datos recopilados antes y después de su implementación. A través de la Encuesta Nacional sobre Dieta y Nutrición del Reino Unido, se obtuvieron datos de miles de adultos y menores consumidores de estas bebidas, permitiendo analizar detalladamente los efectos de la medida.

Entre las diversas interrogantes planteadas se encuentra la posibilidad de que exista un efecto de sustitución, es decir, que si se reduce el consumo de azúcar en bebidas, este se compense con otros alimentos. Sin embargo, investigaciones recientes sugieren lo contrario, indicando que no hay evidencia de sustitución en este caso.

Además, es importante considerar las tendencias a largo plazo en cuanto al consumo de bebidas azucaradas. A pesar de la disminución observada desde 2008, los expertos señalan que esta tendencia no solo se debe a los impuestos, sino que otros factores también influyen en los hábitos de consumo.

En resumen, la imposición de impuestos a las bebidas azucaradas ha demostrado ser una estrategia efectiva para reducir el consumo de azúcar, tanto en niños como en adultos. Aunque se han logrado avances significativos, es necesario seguir monitoreando estas medidas y analizar su impacto a largo plazo en la salud pública.

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Escrito por Redacción - El Semanal

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