El ambicioso plan de China para fortalecer su fuerza armada y competir directamente con Estados Unidos hacia finales de 2040 podría haber sufrido un importante revés este año. Informes del Wall Street Journal, basados en fuentes anónimas del gobierno de EE. UU., indican que la Armada del Ejército Popular de Liberación ha perdido su submarino de propulsión nuclear más moderno y avanzado, el barco clase Zhou.
El submarino clase Zhou, el primero de su clase, destacaba por su propulsión nuclear y un nuevo diseño de popa que se esperaba proporcionara mayor movilidad. A pesar de la escasez de información sobre este proyecto, se conoce que el submarino se hundió en algún momento de la primavera, sin que China haya realizado declaraciones públicas al respecto.
Según expertos consultados por el Pentágono, China habría intentado mantener en secreto este incidente, lo que ha generado especulaciones y preocupaciones en torno a las actividades navales del gigante asiático. Imágenes satelitales recopiladas por expertos revelaron que grúas se desplegaron alrededor del área de construcción naval donde ocurrió el hundimiento, indicando un posible intento de rescate por parte de las autoridades chinas.
La pérdida de este submarino nuclear constituye un golpe significativo para China, que se encuentra en un proceso de modernización y desmantelamiento de submarinos antiguos. Aunque se estima que el país contará con una gran flota de submarinos en los próximos años, la pérdida de un activo tan avanzado puede afectar sus capacidades navales a largo plazo.
Con 234 buques de guerra en su poder, China ya ostenta la marina más grande del mundo y planea expandir aún más su presencia naval en los próximos años. Sin embargo, este contratiempo con el submarino clase Zhou pone en entredicho la efectividad y fiabilidad de las ambiciones militares chinas, generando incertidumbre sobre el futuro de su estrategia de defensa.
En un contexto de creciente rivalidad geopolítica, la pérdida de un submarino nuclear de última generación representa un desafío para China en su objetivo de igualar e incluso superar a Estados Unidos en el ámbito militar. La transparencia y la capacidad de respuesta de las autoridades chinas frente a este incidente serán clave para disipar las dudas y mantener su credibilidad como potencia militar emergente.
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