La Unión Europea y China podrían estar en camino hacia una importante guerra comercial. La Comisión Europea, la cual aprobó provisionalmente la medida en junio tras una investigación que encontró injusto el apoyo estatal de Beijing a los fabricantes de automóviles, ahora tiene vía libre para imponer aranceles elevados durante cinco años a partir de finales de octubre.
China ha criticado los aranceles «proteccionistas» y ha advertido que desencadenarán una guerra comercial, pero las negociaciones para abordar la disputa sobre los subsidios continuarán entre ambas partes a pesar de la votación del viernes.
Diez estados miembros incluyendo Francia, Italia y Polonia apoyaron la imposición de aranceles de hasta 35,3 por ciento, que se suman a los aranceles existentes del 10 por ciento, según varios diplomáticos europeos informaron a AFP. Solo cinco, incluyendo Alemania y Hungría, votaron en contra, mientras que 12 se abstuvieron, entre ellos España y Suecia.
Aunque los aranceles no obtuvieron el apoyo de la mayoría de los estados, la oposición no fue suficiente para bloquearlos, lo que habría requerido al menos 15 estados que representaran el 65 por ciento de la población del bloque. Esto deja la decisión de seguir adelante en manos de la Comisión Europea, encargada de la política comercial del bloque, la cual afirmó haber «obtenido el apoyo necesario para la adopción de los aranceles».
Los aranceles de la UE han enfrentado a Francia y Alemania, con París argumentando que son necesarios para nivelar el campo de juego para los fabricantes de automóviles de la UE frente a sus contrapartes chinas. Por otro lado, Alemania, conocida por su fuerte industria automotriz y sus principales fabricantes como BMW, Volkswagen y Mercedes con importantes inversiones en China, instó a la comisión a no seguir adelante.
Berlín tiene argumentos sólidos: Beijing ha amenazado con tomar represalias de manera contundente y ya ha abierto investigaciones sobre brandy, productos lácteos y carne de cerdo europeos importados a China. Existen temores en Francia de que los aranceles chinos sobre el brandy europeo puedan obligar a los licores franceses a salir del mercado chino.
China ha intentado sin éxito detener la entrada en vigor de los aranceles a través del diálogo, pero las negociaciones hasta el momento no han logrado producir un acuerdo que satisfaga a la UE. La comisión ha indicado que los aranceles podrían levantarse más adelante si China aborda las preocupaciones de la UE.
Un grupo que representa a las empresas chinas en Europa instó a la UE a «retrasar» la implementación de los aranceles «proteccionistas». «Animamos firmemente a la UE a… priorizar resolver disputas y tensiones comerciales a través de consultas y diálogo», dijo la Cámara de Comercio de China en la UE en un comunicado.
Los fabricantes de automóviles franceses y alemanes están divididos respecto a los aranceles. El gigante automotriz Volkswagen dijo que «son el enfoque equivocado y no mejorarían la competitividad de la industria automotriz europea», al tiempo que instó a dialogar con Beijing para evitar un conflicto comercial. Por otro lado, el grupo automovilístico trasatlántico franco-italiano Stellantis dijo que «toma nota» de la votación, reiterando su compromiso con la «competencia libre y justa».
Los aranceles adicionales también se aplican, a diversas tasas, a vehículos fabricados en China por grupos extranjeros como Tesla, que se enfrenta a un arancel del 7,8 por ciento.
Bruselas señala que busca proteger a los fabricantes de automóviles europeos en una industria crítica que emplea a alrededor de 14 millones de personas en la Unión Europea, pero que no se beneficia de subsidios estatales sustanciales como en China.
Canadá y Estados Unidos han impuesto en los últimos meses aranceles mucho más altos del 100 por ciento a las importaciones chinas de automóviles eléctricos.
En una indicación de cómo se habían extendido los temores en Europa antes de la votación final, el primer ministro español Pedro Sánchez revirtió su apoyo inicial y pidió a Bruselas el mes pasado que «reconsidere». Hungría también ha sido vocal en su oposición, con el primer ministro Viktor Orbán criticando los aranceles como «el siguiente paso en la guerra económica», lo que calificó como «una gran amenaza para Hungría».
Las tensiones comerciales entre China y la UE no se limitan a los automóviles eléctricos, ya que investigaciones lanzadas por Bruselas también apuntan a subsidios chinos para paneles solares y turbinas eólicas.
El bloque se enfrenta a una tarea difícil al intentar fomentar su industria de tecnología limpia e invertir en la transición verde sin desencadenar una dolorosa guerra comercial con China.
GIPHY App Key not set. Please check settings