El reciente anuncio del primer ministro canadiense, Mark Carney, sobre la renegociación del acuerdo comercial entre Canadá, Estados Unidos y México (conocido como CUSMA) ha dejado en evidencia que las tensiones comerciales entre estos países no desaparecerán fácilmente. Según declaraciones del mandatario, incluso tras la revisión del tratado, que está prevista para el próximo año, Washington mantendrá aranceles en sectores clave, algo que podría tener repercusiones en la industria y el comercio internacional.
En un intento por mitigar estos impactos, el gobierno canadiense busca avanzar en negociaciones paralelas con el gigante norteamericano. El enfoque actual se centra en productos estratégicos como el acero, el aluminio, la madera y la industria automotriz, sectores que históricamente han sido objeto de disputas. El ministro de Comercio, Dominic LeBlanc, regresó recientemente de Washington con la misión de presionar para obtener exenciones o reducciones en estas barreras comerciales.
A pesar de los esfuerzos diplomáticos, el expresidente estadounidense Donald Trump dejó claro en un encuentro con Carney que su administración no está dispuesta a ceder en este tema. “Habrá aranceles, independientemente de lo que ocurra con el CUSMA”, señaló durante una conferencia de prensa en la Casa Blanca. Esta postura recalca la complejidad de las relaciones económicas entre ambos países, incluso cuando la mayoría de los intercambios comerciales están exentos gracias al tratado vigente.

Analistas económicos subrayan que esta situación podría afectar no solo a los productores canadienses, sino también a las cadenas de suministro internacionales, incluyendo a países europeos y asiáticos con fuertes lazos comerciales en la región. Mientras tanto, Ottawa insiste en que seguirá explorando alternativas para proteger a sus industrias y empresas, aunque reconoce que el camino hacia un acuerdo integral parece todavía lejano.
La incertidumbre generada por estas tensiones pone de manifiesto los desafíos que enfrentan las economías en un escenario global cada vez más proteccionista, donde las decisiones de un solo gobierno pueden alterar mercados enteros. Las próximas negociaciones, tanto bilaterales como dentro del marco del CUSMA, serán clave para determinar el futuro de estas relaciones comerciales.

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