Las fobias se convierten en todo un reto emocional para quien las padece. Así lo hemos podido comprobar en los últimos días con Vanessa, participante de esta edición de Gran Hermano, donde no ha dudado en compartir que padece fagofobia, es decir, un miedo irracional a atragantarse. ¿Qué implica esta fobia? Que no puede comer productos sólidos y limita su alimentación a determinados productos (líquidos o triturados), lo cual ha generado cierto conflicto en el interior de la casa con sus compañeros, principalmente por cuestiones económicas, pues dispone de una alimentación especial. Todos estuvieron de acuerdo al principio, pero lo cierto es que los roces no han tardado en aparecer en la casa de Guadalix.
Pero, conflictos al margen, nos hemos querido preguntar qué implica el hecho de padecer este tipo de fobia relacionada con la alimentación, que se convierte, sin duda, en muy limitante, y que se ha puesto en el foco debido a la situación particular de la participante del conocido reality.
«¿Qué es la fagofobia?» Hay personas que sienten ansiedad cuando se ponen frente a un plato de comida porque aparece una fobia que les lleva a tener miedo a atragantarse, lo que da lugar a un cuadro de ansiedad ante las comidas y puede llegar al extremo de provocar un cuadro de desnutrición porque la persona se niega a comer. “También afecta a las relaciones sociales porque las personas que lo sufren suelen rechazar comer con los demás, evitando comidas familiares o acudir a restaurantes”, nos cuenta el Dr. Xavier Fàbregas Pedrell, Director médico del Centro MAS FERRIOL (@centromasferriol) y médico especialista en adicciones y trastornos de salud mental, sobre lo que los expertos conocen como fagofobia.
E influye, y mucho, la complejidad del proceso de deglución. El experto nos cuenta que el mecanismo de la deglución es un acto complejo en la que se necesita la intervención de diversos grupos musculares coordinados. “El conducto respiratorio (la tráquea) y el conducto que va al estómago y por el que pasa la comida (el esófago) están muy cercanos en el fondo de la cavidad oral. Cuando tragamos la comida (después de masticarla) la empujamos con la lengua hasta la garganta. Es entonces cuando una pieza carnosa llamada epiglotis tiene que tapar la entrada a la tráquea para que el bolo alimenticio pase al esófago y no penetre en la vía aérea. Personas que comen sin masticar suficientemente, los que están distraídos (hablando o riendo mientas comen) o personas mayores que tienen un deterioro neurológico que afecta a la musculatura implicada en la deglución pueden tener esos episodios de atragantamiento. Algunos de los que han sufrido uno de estos episodios pueden desarrollar una fobia, que es el miedo anticipado a volver a pasar otra vez por esa desagradable experiencia y se obsesionan con ello”, nos comenta.
«¿Qué produce la fagofobia?» Le planteamos al experto cuáles son las causas que pueden estar en la base de esta fobia, si suele haber un episodio que se encuentra en su origen. “Siempre existe como antecedente el haber sufrido o haber visto un episodio de atragantamiento”, nos comenta el especialista, que matiza, además, que esta fobia a veces dura solo unos días, mientras que en otros casos puede durar años.
«¿Cuáles son los síntomas de la fagofobia?» ¿Qué señales nos alertan de que una persona puede padecer este problema? Tal y como nos detalla el experto, generalmente antes de comer empiezan a manifestar un cuadro de ansiedad caracterizado por sequedad de boca, aumento de la transpiración, taquicardia, tensión muscular (especialmente en la musculatura perioral y mandibular), hiperventilación y nerviosismo. Esto puede empezar mucho antes de estar sentados a la mesa y puede hacer que las personas afectadas reduzcan la ingesta, se obsesionen por la textura de determinados alimentos o hagan complicados rituales antes de ponerse el bocado en la boca, mirando y remirando el pedazo de comida. Pueden llegar a rechazar la comida sólida y los líquidos, alimentándose solo de purés o cremas trituradas. Pueden llegar a rechazar comer en público por miedo a distraerse y sufrir un atragantamiento.
«¿Cuántas personas padecen fagofobia?» Afortunadamente, el doctor aclara que la relación entre el número de personas que se han atragantado alguna vez en la vida y los que desarrollarán una fagofobia es muy pequeño. No existen datos oficiales acerca del número de pacientes que lo padecen, pero el doctor aclara que, en cualquier caso, «no es un trastorno frecuente» y siempre hay que hacer diagnóstico diferencial con trastornos alimentarios más prevalentes como la anorexia.
«¿Qué hacer para perder el miedo a tragar?» Lo que está claro es que se trata de un trastorno que tiene consecuencias para nuestra salud, psíquica y física. El experto nos detalla que, como todos los miedos, pueden llegar a limitar el día a día. “En los casos más graves puede llegar a provocar un trastorno alimentario que no tiene que ver con la imagen corporal, el miedo a engordar o el apetito descontrolado, si no con el miedo a morir porqué la comida obstruya las vías respiratorias», nos cuenta.
¿Qué estrategias tenemos a nuestro alcance para tratar de superar este miedo a tragar? Sin duda, es importante ponerse en manos de especialistas en salud mental (psicólogos o psiquiatras) cuando se detectan los primeros episodios para evitar que ese miedo inicial desarrolle una fobia.
«¿Se cura la fagofobia?» Nos planteamos también si es un problema que tiene cura o si es difícil de superar y el experto apunta a que todo depende de cada situación personal. “Las personas muy perfeccionistas, los que tienen además rasgos obsesivos o depresivos pueden ser las que desarrollen síntomas más complicados de tratar. Recuerdo el caso de un amigo artista, que después de atragantarse con una espina de pescado empezó una serie de cuadros y esculturas en los que representaba siempre figuras con una argolla alrededor del cuello. Lo que muchos consideraban una alegoría de la esclavitud era en realidad el recuerdo obsesivo de la mala experiencia vivida con la comida. Afortunadamente se recuperó a los pocos meses”, concluye el experto.
«¿Qué especialista trata la fagofobia?» Como decíamos antes, la persona que padezca este problema debe ponerse en manos de un psicólogo clínico o de un psiquiatra, pues serán los profesionales que pueden proporcionarle los mecanismos y las terapias necesarias para que trate de superar esta fobia.
Considero que el artículo sobre la fagofobia de Vanessa en Gran Hermano es interesante, pero pienso que se enfoca demasiado en la sensacionalización de su historia personal en lugar de abordar a fondo el tema de la fobia a tragar. Sería más enriquecedor si se profundizara en las causas y tratamientos de esta condición, en lugar de centrarse únicamente en la experiencia de un personaje famoso. Además, la redacción del artículo podría mejorar para hacerlo más claro y fácil de seguir para los lectores interesados en el tema.