La seguridad alimentaria se define más allá de las negociaciones de la COP29

La seguridad alimentaria global se enfrenta a desafíos significativos debido al cambio climático, que ha provocado un caos en los sistemas alimentarios. Eventos climáticos extremos y variaciones dramáticas en el clima están afectando la producción de alimentos y las cadenas de suministro en todo el mundo. A medida que los líderes mundiales se preparan para la COP29, se genera mucha expectativa sobre la acción climática. Sin embargo, ¿podemos realmente esperar que estas negociaciones burocráticas y lentas entreguen resultados tangibles y rápidos para descarbonizar e insular nuestros sistemas agroalimentarios? Lo más probable es que no. Pero no todo está perdido.

Mientras se desarrollan las conversaciones de la COP29, soluciones climáticas cruciales para transformar los sistemas alimentarios ya están tomando forma en la realidad. En la emocionante película ganadora del Oscar «Everything Everywhere All at Once», los personajes principales se enfrentan a un caos abrumador y complejo. Sin embargo, dentro de esta confusión, pequeñas acciones y la determinación de las personas detrás de ellas desencadenan un cambio poderoso.

Similarmente, la crisis climática, especialmente en los sistemas alimentarios, se siente como un desafío insuperable con sequías, inundaciones, tormentas, hambre y otras crisis interconectadas golpeando en todas partes y al mismo tiempo. Se requiere una acción urgente. ¿Dónde podemos buscar respuestas? Mientras la COP29 probablemente se atasque en discusiones lentas, soluciones transformadoras están tomando forma en la realidad.

En todo el mundo, comunidades, agricultores, patrocinadores e innovadores están construyendo silenciosamente resiliencia en sus sistemas alimentarios, demostrando que el verdadero progreso a menudo surge desde los márgenes, no desde el centro del caos. Al igual que en la película metafórica, encontrar un propósito y acción en medio del desorden es donde comienza el cambio significativo.

Mientras los líderes mundiales hablan y los funcionarios intentan convertir decisiones en políticas viables, las comunidades locales ya están actuando. En el Sur Global, donde los efectos del cambio climático se sienten con mayor intensidad, los agricultores familiares y las organizaciones comunitarias están implementando prácticas innovadoras que construyen resiliencia ante los impactos climáticos.

En regiones como el África subsahariana y partes de América Latina, la agroecología está cobrando fuerza como una herramienta poderosa para tanto mitigar como adaptarse al cambio climático. Este enfoque agrícola, que se basa en conocimientos tradicionales y enfatiza métodos sostenibles y de baja emisión, está ayudando a las comunidades a adaptarse a los patrones climáticos cambiantes mientras mejora la seguridad alimentaria.

El papel del sector privado en la transformación de los sistemas alimentarios es vital. Las fuerzas del mercado están empujando a las empresas a innovar de maneras que reduzcan la huella climática de la agricultura. La revolución de alimentos a base de plantas es un ejemplo de cómo el sector privado está respondiendo a la necesidad de dietas más sostenibles que reduzcan las emisiones de gases de efecto invernadero. De manera similar, las startups de tecnología alimentaria de proteínas alternativas están liderando el camino hacia un futuro alimentario sostenible y sabroso.

Además de la innovación de productos, hay una creciente inversión corporativa en la agricultura regenerativa, una práctica que reconstruye la salud del suelo, captura carbono y mejora la biodiversidad. Grandes empresas de alimentos, motivadas por la demanda de consumidores de productos sostenibles, están comprometiéndose a obtener ingredientes de granjas regenerativas, contribuyendo tanto a la mitigación del clima como a la seguridad alimentaria a largo plazo.

Uno de los mayores obstáculos para transformar los sistemas alimentarios frente al cambio climático es la falta de financiamiento adecuado. Si bien las COPs han hecho compromisos importantes, como la creación del Fondo Verde para el Clima, el flujo de fondos ha sido lento e insuficiente para satisfacer las necesidades de las comunidades vulnerables. En respuesta, la filantropía y las finanzas privadas están interviniendo.

Algunos patrocinadores y fundaciones están financiando iniciativas que ayudan a los pequeños agricultores a adaptarse al cambio climático, mientras que los inversores de impacto están apoyando innovaciones agro tecnológicas que aumentan la productividad de manera sostenible. Estos esfuerzos, aunque fuera del marco de la COP, son cruciales para escalar sistemas alimentarios resistentes al clima y alcanzar las metas globales de cero neto.

A medida que se acerca la COP29, no debemos perder de vista lo que está sucediendo más allá de las mesas de negociación. El futuro de la seguridad alimentaria depende de la acción hoy, liderada por aquellos que no pueden darse el lujo de esperar. Los líderes mundiales deben estar atentos. Sí, necesitamos objetivos ambiciosos y compromisos internacionales. Pero también necesitamos apoyar y escalar los movimientos de base y las innovaciones del sector privado que ya están liderando el camino. La verdadera seguridad alimentaria en un mundo desafiado por el clima no se logrará solo a través de soluciones de arriba hacia abajo, sino que vendrá de empoderar a quienes están en primera línea.