Redacción - El Semanal
Las autoridades indígenas canadienses consideran que la disculpa de Joe Biden por el sistema de internados de Estados Unidos es solo el primer paso hacia la curación de generaciones de daño. En un discurso en la Comunidad Indígena Gila River en Arizona, Biden pidió perdón por un sistema que separó a los niños indígenas de sus padres durante más de 150 años, calificándolo como una de las acciones más significativas de su mandato.
Esta disculpa llega 16 años después de que el ex primer ministro de Canadá, Stephen Harper, se disculpara por el sistema de internados canadiense. La investigación de los internados fue impulsada por la Secretaria del Interior de Estados Unidos, Deb Haaland, la primera secretaria de gabinete indígena del país, tras el descubrimiento de 215 tumbas sin identificar en un internado en Kamloops, Columbia Británica.
El ex jefe nacional de la Asamblea de las Primeras Naciones, Phil Fontaine, quien fue uno de los primeros canadienses en hablar públicamente sobre el abuso que sufrió en un internado, mencionó la influencia de Canadá en el proceso de reconocimiento del pasado de Estados Unidos. Haaland lideró un investigación en 2021 que reveló que al menos 973 niños indígenas murieron en el sistema de internados de Estados Unidos, ya sea por enfermedad o abuso. Biden admitió que la cifra real probablemente es mucho más alta.
El gobierno estadounidense implementó una política de asimilación forzada en 1819 con el objetivo de «civilizar» a los nativos americanos. Durante más de 150 años, los niños indígenas fueron obligados a asistir a estos internados, muchos de los cuales eran dirigidos por iglesias y donde muchos sufrieron abusos físicos, emocionales y sexuales.
La Secretaria Haaland, cuyos abuelos asistieron a internados, lideró sesiones de escucha durante dos años, dentro y fuera de las reservas en Estados Unidos, para permitir que los sobrevivientes de los internados contaran sus historias. Cuando los hallazgos se publicaron el verano pasado, Haaland afirmó que el gobierno federal debía ofrecer disculpas formalmente.
Fontaine propuso que Estados Unidos cree su propia comisión de verdad y reconciliación, siguiendo el ejemplo de Canadá en 2008, y que considere compensar a los sobrevivientes de los internados. Actualmente hay un proyecto de ley pendiente ante el Congreso que establecería una «comisión de verdad y curación» para documentar aún más la historia de los internados y hacer recomendaciones para la acción del gobierno.
Cindy Woodhouse Nepinak, Jefa Nacional de la Asamblea de las Primeras Naciones, comparó la historia de los internados estadounidenses con la de Canadá, destacando los impactos que han afectado a generaciones. Aunque considera importante el reconocimiento, enfatiza que la curación llevará tiempo y anima a Biden y al próximo presidente electo a implicarse con las comunidades indígenas para asegurar que la disculpa se traduzca en acciones reales que aborden el daño causado.
Es necesario que Estados Unidos se comprometa a comprender plenamente el sistema de internados, pero como señala Eva Jewell, profesora auxiliar de sociología en la Universidad Metropolitana de Toronto, la cultura política del país puede dificultar este proceso. No obstante, Stephanie Scott, directora ejecutiva del Centro Nacional para la Verdad y la Reconciliación de Canadá, destaca que la disculpa de Biden es positiva pero solo un primer paso hacia la reconciliación. Subraya la importancia de que Estados Unidos siga el ejemplo de Canadá en este proceso.
En resumen, el camino hacia la reconciliación por los internados en Estados Unidos es complejo y requiere no solo de disculpas, sino de acciones concretas que aborden el daño causado a las comunidades indígenas. La historia de los internados debe ser reconocida, comprendida y reparada para asegurar un futuro mejor basado en la verdad y la reconciliación.
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