La segunda ronda de los playoffs de la NBA en la Conferencia Este ha desafiado todas las expectativas iniciales, especialmente para los dos equipos que terminaron la temporada regular con un rendimiento excepcional. Tanto los Cleveland Cavaliers como los Boston Celtics, quienes superaron las 60 victorias y aventajaron en más de una docena de triunfos a sus rivales de semifinales, los Indiana Pacers y los New York Knicks respectivamente, se encuentran ahora en una posición extremadamente vulnerable. La inusual racha de victorias a domicilio en los primeros partidos de las semifinales de conferencia, algo sin precedentes en la historia de la liga, ha puesto en precario el que parecía un destino inevitable: una final de conferencia entre Cleveland y Boston.
Los Pacers, a pesar de enfrentarse a unos diezmados Cleveland Cavaliers, han demostrado ser un rival formidable. La victoria en el primer partido de la serie estuvo marcada por un acierto anómalo desde el perímetro, con Indiana anotando el 53% de sus intentos de triple, mientras que los Cavaliers, un equipo tradicionalmente fuerte desde la larga distancia, apenas alcanzaron el 24%. Aunque el porcentaje de tiro se equilibró ligeramente en el segundo encuentro, la ausencia de jugadores clave para Cleveland, como Darius Garland, Evan Mobley (reciente ganador del premio al Jugador Defensivo del Año) y De’Andre Hunter, pesó significativamente. A pesar de liderar por una ventaja considerable en el tercer cuarto del segundo partido, los Cavaliers no lograron mantener la compostura en los minutos finales, cediendo la victoria tras varias pérdidas de balón y rebotes ofensivos cruciales de los Pacers, culminando en una jugada decisiva de Tyrese Haliburton.
La situación para Cleveland es delicada, ya que se enfrentan a una serie de lesiones inoportunas. La ausencia de Mobley, en particular, debilita significativamente la defensa interior del equipo. Los Pacers lograron anotar 50 puntos en la pintura en el segundo partido, una cifra inusualmente alta para la defensa de los Cavaliers en estos playoffs. La falta de Hunter, quien podría haber reemplazado a Mobley en el quinteto inicial, ha dejado a la segunda unidad de Cleveland con una notable falta de estatura. La posible vuelta de Garland aliviaría la carga ofensiva sobre Donovan Mitchell, quien en el segundo partido tuvo una tasa de uso extremadamente alta, reflejo de la necesidad de que asumiera gran parte de la responsabilidad creativa del equipo. Si bien Cleveland tiene el potencial para reaccionar, especialmente si Mitchell mantiene su elevado nivel de juego, la ventaja de 2-0 para Indiana, sumada a las incertidumbres sobre el estado físico de los jugadores clave, inclina la balinidad a favor de los Pacers para avanzar.

Por su parte, los Boston Celtics se encuentran en una situación similar, también con una desventaja de 2-0 en su serie contra los New York Knicks. Para los Celtics, esta situación de comenzar una serie de playoffs perdiendo los dos primeros partidos en casa no es novedosa, habiendo ocurrido en varias ocasiones durante la era de Al Horford. Curiosamente, Boston ha mostrado un rendimiento más consistente en partidos de playoffs fuera de casa en los últimos años, con un balance significativamente mayor de victorias a domicilio que en el TD Garden.
La principal explicación para la mala racha de Boston parece estar en su ineficacia desde la línea de tres puntos. En el primer partido, a pesar de lanzar una cantidad récord de triples (45 intentos fallados), lograron forzar la prórroga. Sin embargo, la falta de acierto continuó en el segundo encuentro, donde, aunque redujeron el número de intentos desde el perímetro, su porcentaje siguió siendo bajo (25%). Esta sequía anotadora no se limitó a los triples; Boston también tuvo problemas para convertir tiros de dos puntos fuera de la pintura, con Jayson Tatum y Jaylen Brown fallando varios intentos cruciales en el último cuarto del segundo partido. A pesar de su reputación de tener dificultades en finales apretados, los Celtics tuvieron un rendimiento ofensivo sobresaliente en situaciones de «clutch» durante la temporada regular pasada y lideraron la liga en rating neto en esos momentos durante su camino hacia el título.
A pesar de la desventaja en la serie y el momentum aparentemente del lado de los Knicks, los Celtics, en su mayoría sanos (con la excepción de Kristaps Porzingis), han demostrado ser capaces de dominar los tres primeros cuartos de ambos encuentros. Sin embargo, su incapacidad para cerrar los partidos ha sido su ruina. A pesar de la difícil situación actual, los Celtics aún conservan las mejores cuotas para ganar la Conferencia Este, según diversas proyecciones. No obstante, se dirigen a Nueva York con la necesidad imperiosa de recuperar el terreno perdido y sin margen para el error, enfrentándose a unos Knicks que parecen haber encontrado la fórmula para desactivar su potente ataque.

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