Redacción - El Semanal
La colección primavera 2026 de Dries Van Noten, presentada recientemente, ha marcado un hito significativo en la trayectoria de Julian Klausner, recién nombrado director creativo de la casa de moda belga. Klausner, que asumió su nuevo cargo en diciembre pasado, ha ofrecido una visión fresca y emocionante de lo que puede ser el futuro de Dries Van Noten.
Durante una previsualización de la colección, Klausner expresó su profundo respeto por el vestuario masculino tradicional, así como su pasión por los estampados, colores expresivos, bordados y un toque de fantasía. Estos elementos, que sin duda se han visto influenciados por su experiencia de seis años diseñando ropa de mujer junto al fundador de Dries Van Noten, parecen haber tomado un papel protagonista en su primera colección para hombre.
La pasarela se desplegó en un entorno de concreto crudo y minimalista, con la icónica voz de Lou Reed de fondo, cantando sobre un día perfecto. Los modelos desfilaron con una mezcla aparentemente inconexa de abrigos de ópera, pantalones cortos de motociclista, blusas de cuello en barca, trajes de fiesta y térmicos de puntilla. Sin embargo, había un elemento unificador: los numerosos cinturones, confeccionados en telas tanto humildes como lujosas, que simbolizaban el formalismo y guiaban la narrativa de Klausner.
El diseñador explicó que su inspiración partió de la idea de un evento formal, como una noche de bodas o un baile de graduación, y cómo los hombres suelen parecer más atractivos al final de la noche, cuando se relajan y su atuendo se vuelve más desenfadado. También imaginó a un joven romántico que, junto a sus amigos, se dirige a la playa al amanecer.
La colección logró capturar una dualidad interesante, con conjuntos como jersey gris, pantalones cortos ajustados y mocasines de ante, que evocaban la imagen de un bailarín de ballet desocupado, mientras que los estampados florales psicodélicos y los pantalones cortos con lentejuelas irradiaban energía de fiesta.
Klausner demostró tener una narrativa romántica atractiva y, lo que es más importante, sólidas habilidades de diseño. Esto se reflejó en detalles como los botones cubiertos que aportaban un toque elegante a los sobretodos y chaquetas de doble pecho, las rayas de jockey que añadían vitalidad a las camisas de seda y chaquetones lisos, y un chaleco trompe-l’œil que inyectaba dinamismo cuando se cosía al frente de una clásica camisa blanca.
«Intentar jugar con algo muy sofisticado, pero manteniendo una actitud casual», describió Klausner su enfoque. Sin duda, este fue un comienzo prometedor y entusiasta para el joven diseñador de 33 años, quien respira el ADN de Dries Van Noten. Ahora, su reto es ajustar con precisión el equilibrio entre armario y fantasía.
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