La ‘crisis de masculinidad’ es un mito persistente según Francis Dupuis-Déri

La "crisis de la masculinidad": un mito que perdura

Desde tiempos inmemoriales, el discurso sobre la "crisis de la masculinidad" se repite con una insistencia casi cíclica. Según Francis Dupuis-Déri, profesor de Ciencias Políticas y Estudios Feministas en la Universidad de Quebec en Montreal, esta narrativa no es más que un mito persistente, un mecanismo ideológico que busca justificar la perpetuación de roles de género desiguales.

Dupuis-Déri, autor de La crise de la masculinité ; autopsie d’un mythe tenace, sostiene que la supuesta crisis surge cada vez que las mujeres desafían los espacios tradicionalmente masculinos. "Es un discurso que se ha repetido desde la antigua Roma hasta hoy", explica. "Siempre que hay avances feministas, aparecen voces que claman que los hombres están en peligro, que las mujeres les han ‘robado’ su lugar".

Masculinidad y antifeminismo: dos caras de la misma moneda

Pero, ¿qué entendemos exactamente por masculinidad? Según el académico, no es más que una construcción ideológica, un modelo basado en estereotipos que se definen en oposición a lo femenino. "Se asocia al hombre con la racionalidad, la fuerza y la independencia, mientras que a la mujer se la vincula con la emotividad y la fragilidad", señala. Una dicotomía, advierte, sin fundamento científico real.

El discurso antifeminista, por su parte, adopta múltiples formas. Desde el conservadurismo religioso que combate el derecho al aborto, hasta la retórica de la extrema derecha que vincula la "defensa de la familia" con la identidad nacional. Incluso en espacios progresistas, persiste la idea de que las luchas feministas son secundarias, una distracción frente a las "verdaderas" batallas políticas o económicas.

El mito de la víctima masculina

Uno de los argumentos más recurrentes es el del hombre como víctima. Ya sea en el ámbito laboral, escolar o afectivo, se insiste en que los varones están en desventaja. Sin embargo, los datos contradicen esta narrativa. En Estados Unidos, por ejemplo, los estados que más apoyaron a Donald Trump —figura emblemática de esta retórica— registran una brecha salarial de 15.000 dólares anuales en favor de los hombres.

"Los trabajos masculinizados, como la minería o el transporte, siguen siendo mejor remunerados que los feminizados", apunta Dupuis-Déri. "Pero el discurso de la crisis ignora esto y construye una imagen de hombres desplazados por mujeres y minorías".

Del "feminazi" al totalitarismo imaginado

La demonización del feminismo llega a extremos absurdos. Términos como "feminazi" o "feminismo totalitario" se repiten sin rigor histórico alguno. "Comparar a las feministas con los nazis no solo es ofensivo para las víctimas del Holocausto, sino que ignora que el feminismo es uno de los movimientos más pacíficos de la historia", subraya el investigador.

Mientras los grupos neonazis recurren a la violencia, las feministas responden con marchas, debates y reclamos legales. "Nunca ha habido una milicia feminista que ajusticie hombres, pero sí abundan los casos de femicidios", recuerda.

Un mito con consecuencias reales

Lo más peligroso de este mito, advierte Dupuis-Déri, es su capacidad para infiltrarse en todas las esferas. Desde la propaganda fascista del siglo XX hasta los mensajes virales de hoy, la "crisis de la masculinidad" sigue siendo un arma política. "No se trata de una reflexión honesta sobre la identidad masculina, sino de una herramienta para frenar la igualdad", concluye.

En un mundo donde movimientos como #MeToo han visibilizado décadas de violencia patriarcal, cuestionar estos discursos no es solo un ejercicio académico, sino una urgencia social. La pregunta no es si los hombres están en crisis, sino por qué algunos insisten en mantener viva una mentira que ya lleva siglos circulando.