Redacción - El Semanal
La muerte de la ex presidenta de la Cámara de Representantes de Minnesota, Melissa Hortman, ha conmocionado al panorama político estadounidense. La dirigente, conocida por su defensa de causas sociales y su liderazgo bipartidista, falleció víctima de un tiroteo, un suceso que ha reabierto el debate sobre la violencia armada en el país.
Hortman, que ocupó el cargo entre 2019 y 2023, era considerada una figura clave en la política local, especialmente por su trabajo en la ampliación de derechos para las minorías y la reforma educativa. Su legado ha sido ampliamente reconocido por colegas de ambas bancadas, quienes la describen como una «conciliadora nata» en un ambiente cada vez más polarizado.
El presidente Joe Biden confirmó su asistencia al funeral, previsto para este fin de semana en Minneapolis. Según fuentes cercanas a la Casa Blanca, el mandatario planea destacar el «coraje cívico» de Hortman en un discurso que también abordará la urgencia de legislar sobre el control de armas. Su presencia en el acto fúnebre ha sido interpretada como un gesto de apoyo a las familias afectadas por la violencia y un rechazo frontal a la inacción política en esta materia.
El caso se enmarca en un contexto nacional marcado por el aumento de incidentes con armas de fuego, que ya superan los 300 este año según registros independientes. Minnesota, sin embargo, había logrado reducir estas cifras en los últimos dos años gracias a medidas impulsadas por la propia Hortman, lo que añade ironía trágica a su fallecimiento.
Mientras las investigaciones avanzan, la comunidad local ha organizado vigilias espontáneas y homenajes frente al Capitolio estatal. Familiares y colaboradores han anunciado la creación de un fondo para becas universitarias en su nombre, destinado a jóvenes lideresas comprometidas con el servicio público. «Era incansable. Hasta sus adversarios reconocían su integridad», declaró un portavoz del Partido Republicano en el estado.
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