Imágenes exclusivas de la final del Campeonato Mundial T-Rex

Los disfraces de dinosaurio invadieron las pistas en una competición tan inusual como viral. En el hipódromo Emerald Downs, ubicado en Auburn, Washington, decenas de participantes vistieron trajes inflables de Tyrannosaurus rex para batir récords de velocidad —y de risas— durante el Campeonato Mundial de Carreras T-Rex. El evento, que ya se ha convertido en una tradición excéntrica, atrajo a cientos de espectadores, quienes coreaban y aplaudían a los corredores mientras estos intentaban mantener el equilibrio bajo capas de poliéster y aire comprimido.

Aunque la velocidad no era precisamente prehistórica, el desafío demostró ser más complicado de lo esperado. Los trajes, con sus cabezas gigantes y cortas extremidades, obligaron a los competidores a adoptar posturas casi arqueológicas para evitar tropezar. Algunos optaron por una estrategia de zigzag, mientras otros, menos afortunados, terminaron rodando por el césped entre carcajadas. “Es como intentar correr con un globo gigante pegado al cuerpo”, comentó uno de los participantes, sin perder el humor.

La iniciativa, lejos de ser una simple broma, tiene un trasfondo solidario. Parte de los fondos recaudados se destinan a organizaciones benéficas locales, lo que añade un propósito social a la divertida jornada. Además, el evento ha llamado la atención de medios internacionales, poniendo al pequeño hipódromo en el mapa de las competiciones extravagantes. No es extraño, entonces, que cada año más personas se animen a inscribirse, dispuestas a enfrentar el ridículo por una buena causa.

Los organizadores han asegurado que planean repetir el campeonato en 2025, con algunas novedades para aumentar el espectáculo. Entre los rumores, se habla de nuevas categorías, como carreras en equipo o incluso una versión para niños. Lo cierto es que, más allá de las risas, el evento logra algo poco común: convertir el deporte en una fiesta incluyente donde lo importante no es llegar primero, sino disfrutar del momento.

Mientras tanto, las imágenes de los velocirraptores humanos siguen circulando en redes sociales, demostrando que, a veces, la moda más inesperada puede robar el protagonismo. Quién iba a decir que un disfambre de T-Rex sería el outfit más comentado de la temporada.