Las tensiones comerciales entre Estados Unidos y Canadá mantienen en vilo a la industria maderera de Columbia Británica a horas de vencer el plazo para un acuerdo. El primer ministro de la provincia, David Eby, ha instado al gobierno federal a no relegar el sector de la madera blanda en las negociaciones, un conflicto que lleva décadas arrastrando aranceles que superan el 34%.
Una disputa con raíces profundas
El 1 de agosto era la fecha límite impuesta por Washington para sellar un tratado bilateral, pero el desenlace sigue siendo incierto. Eby calificó el sector maderero como "el canario en la mina de carbón" del proteccionismo estadounidense, en referencia a los gravámenes "injustos" que afectan a las exportaciones canadienses desde hace más de 30 años. "Que sea un problema recurrente no significa que debamos ignorarlo", subrayó durante una rueda de prensa, insistiendo en que resolverlo podría allanar el camino para acuerdos más amplios.

El Departamento de Comercio de EE.UU. elevó recientemente los derechos antidumping a un 20.56%, sumándose a los ya existentes. Esta medida impacta directamente en comunidades que dependen de la industria, donde empleos y economías locales están en juego. Aunque otros sectores, como el automotriz en Ontario, captan mayor atención mediática, Eby recordó que la madera sigue siendo una "prioridad económica".
Estrategia y repercusiones
Analistas señalan que las negociaciones podrían extenderse más allá del plazo fijado, dado el historial de complejidad en este tipo de disputas. La falta de avances concretos ha generado escepticismo, aunque voces cercanas a las conversaciones mantienen cautela. Mientras, empresarios madereros urgen a Ottawa a acelerar las gestiones. "Cada día de incertidumbre es un golpe a nuestra competitividad", afirmó un representante del sector bajo condición de anonimato.
La coyuntura también reactiva el debate sobre la diversificación de mercados. Algunas empresas ya exploran alternativas en Asia y Europa para reducir su dependencia del vecino del sur, aunque la reconfiguración logística y comercial no es inmediata.
El gobierno federal no ha emitido declaraciones detalladas en las últimas horas, pero fuentes oficiales aseguran que el tema "sigue sobre la mesa". Con la mira puesta en el reloj, la industria espera que la próxima movida diplomática marque un antes y un después. O, al menos, evite otro capítulo de estancamiento.

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