Los estampados de cuadros eclipsan las pasarelas: una tendencia que domina el otoño-invierno
El universo de la moda ha encontrado su patrón estrella para la temporada otoño-invierno: los cuadros. Desde las grandes casas de alta costura hasta las firmas más accesibles, este diseño clásico resurge con fuerza, reinventándose en siluetas contemporáneas y paletas inesperadas. Las pasarelas de Milán, París y Nueva York han confirmado que la estampación a cuadros no es solo un recurso ocasional, sino el eje central de colecciones que apuestan por mezclar tradición y vanguardia.
Lo fascinante de esta tendencia radica en su versatilidad. Mientras marcas como Burberry reivindican su histórico prince of Wales con abrigos estructurados y accesorios en tonos neutros, otros diseñadores optan por versiones disruptivas: cuadros oversize en colores ácidos o combinaciones de tejidos que desafían las normas. La firma italiana Etro, por ejemplo, presentó faldas midi con estampados geométricos en seda, mientras que Stella McCartney introdujo chaquetas de lana reciclada con motivos pixelados, una sutil referencia al arte digital.

Pero, ¿cómo llevar esta tendencia sin caer en lo repetitivo? Expertos en styling recomiendan equilibrar el impacto visual del estampado con piezas lisas y minimalistas. Un blazer de cuadros anchos puede combinarse con pantalones de corte recto en negro o beige, o incluso con vaqueros oscuros para un look más relajado. En cuanto al calzado, las botas de tacón bajo o los sneakers premium aportan el contraste perfecto entre elegancia y modernidad.
El fenómeno no se limita al vestuario. El estampado a cuadros ha colonizado también complementos como bufandas, gorros e incluso bolsos, demostrando su capacidad para trascender categorías. En España, minoristas reportan un aumento del 30% en la demanda de prendas con este diseño, especialmente en versiones reinterpretadas, como los cuadros escoceses en tonalidades terrosas o los diseños asimétricos en prendas de punto.
Lo que comenzó como un recurso heredado de la moda heritage parece haber encontrado su momento de reinvención. En un contexto donde la nostalgia y la innovación dialogan constantemente, los cuadros se perfilan no solo como una elección segura, sino como un símbolo de cómo el pasado puede ser la clave para vestir el futuro. Las calles de Madrid y Barcelona ya lo están adoptando; ahora, la pregunta es si esta tendencia logrará mantenerse más allá de la temporada.

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