Sydney Sweeney se mete en el ring con un papel físico y emocional en el nuevo drama de David Michôd
El cine de David Michôd —desde su impactante ópera prima Animal Kingdom hasta el sombrío The King— ha explorado territorios oscuros y personajes al límite. Su último trabajo, un biopic sobre la boxeadora Christy Martin, apuesta por combinar el deporte con el drama doméstico, pero no siempre logra conectar con la fuerza esperada. Protagonizada por Sydney Sweeney, la película se adentra en la vida de una de las figuras más rebeldes del boxeo femenino en los años 90, aunque su narrativa, en ocasiones, parece repetitiva.
La historia sigue a Christy, una jugadora de baloncesto universitaria que, casi por casualidad, descubre su talento para el boxeo. Con un golpe recto demoledor, rápidamente llama la atención de promotores y sube escalones en el circuito profesional. Sin embargo, la película tarda en mostrar un conflicto real más allá de los combates. Sweeney, conocida por su versatilidad, se sometió a un exigente entrenamiento físico para encarnar a Martin, pero su interpretación flaquea cuando intenta transmitir la complejidad emocional del personaje.

Uno de los temas centrales es la relación tóxica de Christy con su entrenador y esposo, Jim (Ben Foster), cuyo control sobre ella deriva en violencia doméstica. Michôd construye estas escenas con crudeza, aunque algunos críticos señalan que el giro dramático llega demasiado tarde. Foster, habitual en papeles intensos, no logra alejarse del arquetipo del hombre peligroso, mientras que Sweeney sí brilla en los momentos de vulnerabilidad, especialmente frente a Merritt Wever, quien interpreta a su madre con una mezcla de ternura y severidad.
En cuanto al tratamiento del boxeo, las secuencias son técnicamente impecables pero carecen de la tensión necesaria para emocionar. Destacan, eso sí, dos combates: contra la irlandesa Deirdre Gogarty y la legendaria Laila Ali. Aquí, la cámara captura la resistencia física y psicológica de Martin, aunque el guion no profundiza en lo que realmente la impulsaba a seguir adelante.
El filme, que llegará a cines en noviembre bajo el sello de Black Bear, ha generado expectativas por abordar temas como la homofobia en el deporte y la violencia de género. Sin embargo, algunos espectadores podrían encontrar más autenticidad en The Fire Inside, otro drama pugilístico femenino estrenado recientemente.
El mayor acierto de Christy no es su protagonista, sino sus secundarios: Katy O’Brian como rival convertida en aliada y Chad Coleman en una breve pero memorable aparición como Don King. Pese a sus altibajos, la película es un recordatorio de la huella de Martin en el boxeo, aunque quizá no sea el tributo definitivo que su historia merece.
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