Alexander Skarsgård confiesa angustia tras fracasos en castings

El mundo del espectáculo no siempre es tan glamuroso como parece. Alexander Skarsgård, conocido por su icónico papel en True Blood y su participación en producciones como Big Little Lies o Succession, ha revelado recientemente los momentos oscuros que vivió durante sus primeros años en Hollywood. En una entrevista para el podcast Dinner’s on Me, el actor confesó haber pasado por episodios de frustración y desánimo en los que incluso llegó a llorar tras audiciones fallidas.

El sueco, hijo del también actor Stellan Skarsgård, admitió que antes de su consolidación en 2008 con Generation Kill, enfrentó una etapa de incertidumbre en la que se sentía presionado tanto por sus representantes como por sí mismo. "Ir a un casting para un personaje con el que no conectas es horrible", explicó. "Pero en ese momento sentía que no podía decir que no, porque estaba al borde de que mi agencia me dejara".

La presión familiar tampoco ayudaba. Como el mayor de cinco hermanos —entre ellos, Bill Skarsgård, famoso por su interpretación de Pennywise en It—, Alexander cargaba con la sombra de un apellido que ya tenía peso en la industria. Sin embargo, confesó que lo más duro era enfrentarse a sí mismo después de una mala audición. "Volvía a mi pequeño apartamento en Los Ángeles y lloraba en la ducha. Me sentía sucio por dentro, sin confianza, pensando que era el peor actor del mundo", relató.

A pesar de esos momentos difíciles, Skarsgård logró superar la etapa de rechazos y consolidarse como uno de los rostros más reconocibles del cine y la televisión. Su trayectoria incluye títulos como The Legend of Tarzan, Godzilla vs. Kong o The Northman, demostrando una versatilidad que va desde el drama hasta el acción más espectacular.

Sus declaraciones sirven como recordatorio de que incluso las estrellas más consagradas pasaron por momentos de vulnerabilidad. Un testimonio que, además de humano, reivindica la persistencia en una industria donde el éxito raramente llega de la noche a la mañana.

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