in

Altura no limita: Base de 1,93 metros domina la defensa NBA.

El pabellón de entrenamiento de los Boston Celtics, bañado por la luz del sol que penetra a través de los emblemáticos estandartes de campeonato, es el escenario en el que Jrue Holiday, el experimentado base de la franquicia, reflexiona sobre su consolidada reputación como uno de los defensores más formidables de la NBA. A escasos metros del parqué donde sus compañeros perfeccionan su tiro, Holiday, con gestos que recorren su cuerpo, desde la cabeza hasta los pies, desvela la filosofía que impulsa su juego en el lado defensivo de la cancha. Es poco antes del mediodía del 19 de abril, y el entrenamiento ha concluido. La intensidad, apenas contenida, aflora en sus palabras.

«No disfruto que me anoten», confiesa Holiday, «es así de simple. Para mí, la competitividad reside en ganar cada posesión, en cada acción. En ataque, busco lo mismo, pero en defensa, lograr detener a un rival individualmente… es como decir, ‘vaya, me has frenado’. Pero cuando consigues múltiples paradas contra alguien, puedes desestabilizarlo, minar su moral. Puede modificar por completo el rumbo del partido si eso ocurre. Empecé a darme cuenta de ese potencial, y de lo estimulante que resulta intentar ‘quitarle el alma’ a mi oponente». Una sonrisa asoma en su rostro. ‘Qué estimulante resulta intentar ‘quitarle el alma’ a mi oponente’.

Esta ética defensiva, arraigada en su ADN, proviene de una familia de atletas donde la defensa no era una opción, sino una ineludible. Sus padres, Toya y Shawn, destacaron en el baloncesto universitario en Arizona State; sus tres hijos –Jrue, Justin y Aaron– llegaron a la NBA, y su hija Lauren jugó a nivel universitario en UCLA. La defensa era el pilar inamovible de su enseñanza. Les inculcaron que el ataque podía variar, pero la defensa debía ser constante, una forma de garantizar minutos en cancha y de tener siempre un impacto. Shawn, en particular, les transmitió técnicas y principios defensivos heredados, pero, sobre todo, quería que amasen la defensa tanto como él.

La trayectoria de Holiday en la NBA, que abarca ya 16 temporadas, está jalonada de éxitos: dos oros olímpicos, dos títulos de la NBA y una larga lista de reconocimientos defensivos. En las encuestas anuales a los directores generales de la liga, ha sido elegido en múltiples ocasiones como el mejor defensor exterior. Sus cinco presencias entre los ocho primeros en la votación al Jugador Defensivo del Año lo sitúan a la altura de leyendas como Michael Jordan, Gary Payton y Tony Allen –el máximo para un base desde que se instauró el premio en 1982–. En seis de las últimas siete temporadas ha sido incluido en el primer o segundo equipo All-Defensivo. Entrenadores de la NBA lo describen como una pesadilla a la hora de planificar contra él. Estrellas de la talla de Kevin Durant y Damian Lillard lo han calificado como el mejor defensor entre los bases o, directamente, el mejor defensor de la liga.

Para comprender la magnitud de la destreza defensiva de Holiday, hay que remontarse más de medio siglo y a miles de kilómetros de distancia, a un hombre que Holiday nunca ha visto jugar activamente, pero que sigue cada uno de sus partidos: su tío, Dwight Holiday. Desde el piso 11 de su condominio en Honolulu, Dwight, un exbase de 1.93 metros que destacó en la Universidad de Hawái en los años setenta, rememora con orgullo su etapa como «el mejor defensor del equipo». Por aquel entonces, le encargaban la tarea de neutralizar a los principales anotadores rivales. Dwight, de 74 años, que reside en Hawái desde la década de 1970, recuerda con precisión los nombres de los jugadores de élite a los que se enfrentó.

La semilla de su pasión por la defensa se plantó en la adolescencia gracias a su entrenador de décimo grado, Len Wilkins. Este, influenciado por la agresiva defensa de los equipos de Pete Newell en la década de 1950, enseñó a Dwight la importancia de la postura baja, el juego de pies constante y, crucialmente, la filosofía de «observar el cuerpo, no la cara». Wilkins, hoy con 91 años y retirado, describe a Dwight como un atleta excepcional, rápido y con un alto coeficiente intelectual baloncestístico, siempre dispuesto a escuchar y aprender.

Tras su etapa universitaria, Dwight llevó a su hermano menor, Shawn, a Hawái. Jugaban baloncesto a diario, y Dwight le transmitió los principios defensivos aprendidos. Shawn y Toya, al formar su familia, mantuvieron viva esa tradición. Aaron Holiday, base de los Houston Rockets y hermano de Jrue, rememora una práctica en la escuela secundaria Taft de Los Ángeles donde su padre le enseñaba la técnica fundamental de mantener los pies separados al deslizarse, evitando que se golpearan.

La mentalidad inculcada por sus padres era clara: si querían el balón, debían ir a buscarlo, interceptando pases, asegurando rebotes defensivos. La defensa, decían, era una elección, una constante incluso en los días de tiro desacertado. Toya lo expresaba con picardía: «Es mucho más divertido robar el balón y culminar la jugada con un mate». Aunque Holiday era reservado en su juventud, la competitividad hervía en su interior. Como decía su madre, «Hazle enfadar, y verás».

Las feroces contiendas uno contra uno en la entrada de la casa familiar en Rancho Cucamonga, California, forjaron su carácter. En la escuela secundaria, se consolidó como un jugador dominante en ambos lados de la cancha, capaz de anotar con fluidez y defender prácticamente cualquier posición. Aaron Holiday destaca su habilidad para defender sin cometer faltas.

Jrue lideró a su equipo a tres títulos estatales de California y fue nombrado Jugador Gatorade del Año en 2008, promediando cifras notables en puntos, rebotes, asistencias, robos y tapones. Para él, ser un «jugador de dos vías» es algo natural, algo que debería ser inherente a cualquier jugador.

En UCLA, donde conoció a su futura esposa, Lauren Cheney –una de las futbolistas estadounidenses más laureadas, campeona olímpica y mundial–, Holiday comprendió que la defensa era su puerta a los minutos en un equipo universitario de alto nivel. Lauren Cheney, quien entiende la mentalidad deportiva, describe la «superpotencia» de Jrue como su altruismo, la voluntad de hacer lo difícil para facilitar el juego a los demás.

En 2009, tras una temporada en UCLA, Holiday fue seleccionado en el puesto 17 del draft por los Philadelphia 76ers. Allí, rodeado de veteranos, la defensa se convirtió en la vía para ganarse un lugar. Reconoce que uno de sus primeros destellos de tiempo en cancha fue por presionar a los bases rivales a campo completo. Su enfoque era directo: «Quiero anularte en defensa y luego anotarte en ataque. Quienquiera que sea mi oponente, quiero que sea una noche realmente difícil en ambos extremos de la cancha». Rápidamente comprendió que su capacidad defensiva lo distinguía.

Estudiaba meticulosamente el vídeo, analizando las pequeñas tendencias de sus oponentes. Dedicaba horas al gimnasio. Y, durante los veranos, se sometía a extenuantes ejercicios defensivos, deteniendo jugadores ofensivos en situaciones de uno contra uno en media cancha, repetición tras repetición. Para él, era la mejor forma de acondicionarse.

Los reconocimientos no tardaron en llegar. En su tercera temporada, a la edad más joven en la historia de los 76ers, fue elegido All-Star. En 2018, obtuvo la primera de sus seis inclusiones en los equipos All-Defensivos. En agosto de 2020, Damian Lillard, entonces estrella en Portland, lo elogió como el mejor defensor de la liga entre los bases.

Cuando Holiday llegó a los Milwaukee Bucks en 2020, trabajó con Charles Lee, miembro del cuerpo técnico, quien quedó asombrado por su habilidad para combinar rapidez de manos y pies con fuerza para realizar jugadas defensivas cruciales en el momento justo. Charles Lee destacaba su curiosidad por seguir creciendo a pesar de sus logros. En Milwaukee, desarrolló una técnica defensiva tan distintiva, que fue bautizada por el cuerpo técnico como «La Holiday».

Brad Stevens, actual director general de los Celtics, quien fue entrenador del equipo a partir de 2013, recuerda vívidamente lo que significaba enfrentarse a Holiday cuando este jugaba en Philadelphia. «Lo evitabas», confiesa Stevens. «Intentabas colocar a la gente en posiciones donde no pudiese influir en la jugada, especialmente al final del partido. Pero eso es más fácil de decir que de hacer, porque va a defender a tus mejores jugadores».

Durante años, Stevens preguntó al entonces presidente de operaciones de baloncesto de los Celtics, Danny Ainge, qué se necesitaría para adquirir a Holiday. La respuesta era siempre la misma: «Me encantaría. Desafortunadamente, el equipo en el que está, también lo ama».

En el otoño de 2023, Stevens hizo realidad el anhelo, adquiriendo a Holiday mediante un traspaso. Pocos días después, Stevens observó a un miembro del cuerpo técnico, Phil Pressey, exbase de la NBA, enfrentarse a Holiday en un ejercicio. «Vi a Holiday presionarle, empujarle cinco pies hacia atrás, y Pressey parecía incapaz de desenvolverse», relata Stevens. «Y pensé: ‘Bueno, ahí está. Tenemos una oportunidad'».

En su primera temporada en los Celtics, Holiday demostró la perspicacia de Stevens. En la primera ronda, defendiendo a Tyler Herro de los Miami Heat, limitó su porcentaje de tiro y de triples. En las semifinales de la Conferencia Este, Darius Garland de Cleveland apenas logró anotar contra él. En las Finales de Conferencia, Tyrese Haliburton tuvo dificultades. Y en las Finales de la NBA, frente a Kyrie Irving, Holiday lo contuvo de manera notable. Los Celtics se alzaron con su 18º título, el segundo para Holiday.

«No creo que nadie, en ninguna posición, prefiera ser defendido por Jrue Holiday», afirma Stevens. «Y si preguntas a los entrenadores a quién no quieren enfrentarse en un aislamiento al final de la posesión, la respuesta es la misma».

Un día después de compartir su filosofía defensiva en la instalación de los Celtics, Holiday la puso de manifiesto en el primer partido de la primera ronda de playoffs contra los Orlando Magic. La lección comenzó a los dos minutos del tercer cuarto, con los Magic liderando por un punto. En la parte superior de la clave, Holiday marcó a Franz Wagner, alero de 2.08 metros. A medio mundo de distancia, Dwight observaba cómo Wendell Carter Jr. intentaba bloquear a Holiday, pero este se mantenía pegado a Wagner. Wagner, frustrado, intentó penetrar, pero Holiday se mantuvo firme, forzando un tiro errático. Holiday punteó el balón suelto, que recuperó Jaylen Brown, quien se lo devolvió a Holiday para que encestara un triple.

Acto seguido, Holiday defendió a Paolo Banchero, otro alero rápido y fuerte del Magic. De nuevo, Holiday se fusionó con Banchero, impidiendo otro intento de bloqueo de Carter. Banchero penetró, fallando un tiro. Holiday volvió a puntear el balón suelto, que Derrick White convirtió en una bandeja, culminando una racha de 7-0 para los Celtics.

Más tarde, con 7:32 restantes en el último cuarto, Wagner subió el balón y Holiday, con sus manos activas, lo presionó. Wagner pifió el bote contra su propio pie, y Holiday recuperó el balón, subió la cancha y clavó un triple en transición, dando a los Celtics una ventaja de diez puntos. Al regresar, desató un grito primal mientras el TD Garden explotaba en aprecio. En el tercer cuarto, Holiday sumó nueve puntos, cuatro asistencias y dos robos, permitiendo a los Celtics tomar el control y ganar el partido.

Jamahl Mosley, entrenador del Magic, reconoció que Holiday dinamita sus ofensivas. Holiday limitó a los jugadores del Magic a porcentajes bajos como defensor principal y forzó cinco pérdidas. Controló a Banchero y Wagner, permitiendo que anotaran apenas unos pocos puntos combinados cuando él los marcaba.

«Solo le importa ganar», dice Stevens. «Aquí tenemos a un tipo bicampeón olímpico, bicampeón de la NBA, varias veces All-Defensivo, que llega aquí y dice: ‘Soy parte de un muy buen equipo de baloncesto. ¿Cómo puedo ayudar?’ No muchos jugadores con sus logros y su capacidad de liderazgo estarían dispuestos a hacer eso».

A lo largo del partido, Dwight observaba a Holiday mantener su centro de gravedad bajo, superar bloqueos y dirigir a los jugadores ofensivos donde él deseaba. «Veo cosas en el juego de Holiday que le enseñé a Shawn», afirma Dwight. Aunque Holiday nunca ha visto grabaciones de su uncle y hablan poco de su estilo similar, Jrue espera, sobre todo, que su forma de jugar, la que le fue enseñada, perdure.

«Ojalá pueda influir en la gente para que haga más en el lado defensivo», confiesa, «porque creo que hay un mercado para ello. Puedes estar en la liga mucho tiempo aportando valor como jugador defensivo, simplemente porque muy poca gente lo hace».

¿Qué opinas?

Escrito por Redacción - El Semanal

El Semanal: Tu fuente de noticias, tendencias y entretenimiento. Conéctate con lo último en tecnología, cultura, economía y más. Historias que importan, contadas de manera dinámica y accesible. ¡Únete a nuestra comunidad!

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

GIPHY App Key not set. Please check settings

Expertos debaten selecciones clave y premios del Draft NFL 2025

Camino de los Semifinalistas NBA al Título 2025 Se Define