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Amy Irving celebra el centenario de su madre, un legado de arte y fortaleza.

La actriz Priscilla Pointer, reconocida por su versatilidad en el cine y el teatro, ha fallecido a los 100 años de edad. La intérprete, cuyo rostro se asoció a papeles memorables en producciones icónicas como Carrie y la serie televisiva Dallas, murió el pasado lunes en un centro de asistencia en Ridgefield, Connecticut, tal y como ha confirmado su hijo, el escritor y director David Irving.

Pointer desarrolló una carrera artística extensa que abarcó décadas, dejando una huella imborrable tanto en la gran pantalla como en los escenarios de Broadway. Su colaboración más temprana y quizás más recordada fue su participación en el film de terror Carrie (1976), donde interpretó a la madre del personaje interpretado por Sissy Spacek. No obstante, su vínculo profesional con la actriz Amy Irving trascendió este primer encuentro, dando lugar a siete proyectos cinematográficos conjuntos a lo largo de los años, incluyendo títulos como Honeysuckle Rose y Rumpelstiltskin, este último bajo la dirección de su propio hijo.

La filmografía de Pointer se distingue por su capacidad para encarnar personajes de autoridad y matices, como se evidencia en sus interpretaciones en Looking for Mr. Goodbar junto a Diane Keaton, The Falcon and the Snowman protagonizada por Sean Penn, y Blue Velvet con Kyle MacLachlan. Su presencia en la popular serie Dallas también fue significativa, donde asumió el papel de Rebecca Barnes Wentworth, la madre de uno de los personajes centrales, en la temporada inicial de la década de los ochenta. Su personaje, tristemente, fue eliminado de forma dramática cuando el avión en el que viajaba se estrelló en pleno vuelo.

Antes de alcanzar la fama en el cine y la televisión, Pointer se inició en el mundo del teatro en los años sesenta, formando parte de la compañía del Repertory Theater of Lincoln Center bajo la dirección de su primer marido, Jules Irving, y Herbert Blau. Esta experiencia formativa, que se remonta a los orígenes del San Francisco Actor’s Workshop en 1952, influyó profundamente en su enfoque artístico. Irving recordaría en una entrevista con el Los Angeles Times en 1994 la atmósfera enriquecedora de aquellos tiempos, enfatizando el valor del trabajo y la dedicación por encima de la búsqueda de la fama o la fortuna.

Tras el fallecimiento de Jules Irving en 1979, Pointer encontró nuevamente el amor en la figura de Robert Symonds, actor y socio creativo de su difunto esposo. Ambos continuaron colaborando en proyectos conjuntos, incluyendo películas como Micki + Maude e Inferno, manteniendo viva su pasión compartida por el arte escénico.

Priscilla Pointer deja un legado de versatilidad y profesionalidad. Su trabajo, que abarcó desde el teatro experimental hasta las producciones cinematográficas de gran éxito, y su notable contribución a la televisión, la consolidan como una figura respetada y recordada en la industria del entretenimiento. La actriz es sobrevida por su hija Katie Irving, cantante que llegó a colaborar en la banda sonora de Carrie, su yerno Kenneth Bowser, documentalista reconocido, y ocho nietos. Su fallecimiento representa una pérdida significativa para el mundo del espectáculo, recordándonos el valioso aporte de una artista incansable y comprometida con su oficio.

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Escrito por Redacción - El Semanal

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