Esta semana, OpenAI ha presentado una nueva escala interna para medir el progreso de sus modelos de inteligencia artificial hacia la inteligencia artificial general (AGI). Este enfoque recuerda a las clásicas «Leyes de la robótica» de Isaac Asimov y plantea preguntas fascinantes sobre el futuro de la tecnología y su interacción con los humanos.
La escala de OpenAI se compone de cinco niveles, cada uno representando un avance significativo en la capacidad de los sistemas de IA. Desde el nivel «Conversador», que ya es una realidad con sistemas como ChatGPT, hasta el nivel «Innovador» y «Organizador», que plantean la posibilidad de sistemas capaces de generar innovaciones y llevar a cabo el trabajo completo de una organización.
Este marco no solo permite a OpenAI seguir su progreso interno, sino que también brinda a la industria y a la sociedad en general una comprensión más clara de dónde nos encontramos en el camino hacia la AGI. ¿Estamos realmente cerca de crear máquinas que puedan superarnos en tareas valiosas económicamente?
El camino hacia la inteligencia artificial general no es fácil. Se requerirán avances significativos en el campo de la IA, así como enormes recursos computacionales y económicos. Expertos discrepan sobre cuánto tiempo podría llevar alcanzar este objetivo, algunos especulan que podrían ser cinco años, otros creen que mucho más.
OpenAI parece estar comprometido con esta meta. Desde los rumores sobre modelos de IA revolucionarios hasta su reciente colaboración con el Laboratorio Nacional de Los Álamos, la empresa está dando pasos concretos hacia la AGI. La colaboración se centra en explorar cómo utilizar de manera segura modelos avanzados de IA en la investigación de biociencias, estableciendo protocolos de seguridad para su uso responsable.
Sin embargo, uno de los mayores desafíos en este camino es garantizar la seguridad de la AGI. OpenAI ha enfrentado críticas y desafíos internos en este sentido, lo que plantea interrogantes éticos y de seguridad importantes. La disolución de su equipo de seguridad y las preocupaciones sobre el impacto futuro de la AGI son temas que aún no tienen respuestas claras.
En resumen, la nueva escala de OpenAI marca un hito importante en el desarrollo de la inteligencia artificial. A medida que avanzamos hacia la AGI, es crucial abordar los dilemas éticos y de seguridad que surgen en el camino. El futuro de la tecnología y su interacción con los humanos depende de cómo enfrentemos estos desafíos.
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