En el norte de Chile, específicamente en el desierto de Atacama, se está llevando a cabo un proyecto de gran magnitud que promete revolucionar la astronomía a nivel mundial. Hablamos de la construcción del Telescopio Extremadamente Grande (ELT), considerado el «ojo más grande del mundo en el cielo», y que forma parte del Observatorio Europeo Austral (ESO). Este colosal telescopio, con un espejo primario de 39 metros de diámetro, se espera que comience a operar en 2028, ofreciendo capacidades sin precedentes para explorar los misterios del universo.
De acuerdo con el Dr. Luis Chavarría, astrónomo y representante de ESO en Chile, el ELT tiene el potencial de transformar nuestra comprensión del universo de una manera comparable a la revolución que supusieron las observaciones de Galileo hace cuatro siglos. Este monumental avance abrirá las puertas para explorar problemas complejos de la astronomía moderna, como el estudio detallado de los agujeros negros, la formación de las primeras galaxias en el universo, así como la energía y materia oscuras. Además, se espera que el ELT juegue un papel crucial en la búsqueda de planetas similares a la Tierra y en la posible detección de vida más allá de nuestro sistema solar.
La construcción del ELT ha sido una verdadera hazaña de ingeniería, destacando el montaje del espejo primario compuesto por 798 hexágonos de vidrio cerámico. Tobias Müller, responsable del montaje, integración y validación del telescopio, ha descrito el proceso como una verdadera «incubadora de componentes», demostrando el cuidado y la precisión con los que se está llevando a cabo este proyecto.
Uno de los aspectos más impresionantes del ELT es su capacidad para capturar imágenes cinco veces más claras que las del Telescopio Espacial James Webb, gracias al tamaño de su espejo principal. Esta claridad sin precedentes permitirá a los científicos observar con mayor detalle y precisión las maravillas del universo, abriendo nuevas posibilidades para la investigación astronómica.
Ubicado en el desierto de Atacama, conocido por su atmósfera seca y despejada, el ELT se convertirá en una verdadera constelación tecnológica junto a otros telescopios de renombre como el Very Large Telescope (VLT) del Observatorio Europeo Austral. Con un avance del 50% en su construcción a pesar de haber experimentado un retraso de dos años debido a la pandemia de COVID-19, se espera que el ELT no solo promueva descubrimientos en áreas conocidas, sino que también abra nuevas fronteras en la exploración del universo.
En conclusión, la comunidad científica espera ansiosamente los avances que el Telescopio Extremadamente Grande (ELT) brindará en la comprensión y exploración del universo, estableciendo un nuevo estándar en la observación astronómica y desbloqueando los misterios que aún nos acechan en el vasto cosmos.
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