En un giro inesperado dentro de la primera ronda de los playoffs de la Conferencia Este, los Cleveland Cavaliers infligieron a los Miami Heat la derrota más abultada de su historia en postemporada, imponiéndose por un contundente 124 a 87. Este resultado coloca a los Cavaliers con una ventaja de 3-0 en la serie al mejor de siete encuentros, acercándolos a una barrida histórica.
La actuación estelar de los Cavaliers estuvo liderada por Jarrett Allen, quien aportó 22 puntos, seguido de cerca por De’Andre Hunter con 21. Evan Mobley sumó 19 tantos y Max Strus contribuyó con 18. La ofensiva de Cleveland se completó con los 13 puntos anotados tanto por Ty Jerome como por Donovan Mitchell. Por parte de los Heat, Bam Adebayo fue el máximo anotador con 22 puntos, mientras que Davion Mitchell añadió 16.
La anterior peor derrota de Miami en playoffs se remontaba a 2013, cuando cayeron por 36 puntos en el tercer partido de las Finales de la NBA ante San Antonio. Aquel equipo, sin embargo, logró alzarse con el título, una situación diametralmente opuesta a la que vive el actual conjunto de Miami, al borde de la eliminación.

El entrenador de Miami, Erik Spoelstra, manifestó su profunda decepción tras el encuentro, destacando que, a pesar de que el resultado pudiera sugerir lo contrario, el equipo ha luchado intensamente en las últimas semanas para llegar a esta instancia de postemporada.
Los Cavaliers demostraron una superioridad notoria en varios aspectos del juego. Destacó su dominio en los rebotes, capturando 46 frente a los 29 de Miami, y su efectividad en la pintura, anotando 60 puntos en comparación con los 30 de los Heat. Esta fortaleza en el rebote y la anotación interior fue clave para que Cleveland tomara el control del partido con un parcial inicial de 33-5.
El entrenador de los Cavaliers, Kenny Atkinson, enfatizó la importancia que dieron a la lucha por el rebote y la ejecución defensiva como factores determinantes para la victoria.
El inicio del partido pareció favorecer a Miami, que mantuvo el control durante los primeros cinco minutos y medio, una reacción natural para un equipo perdiendo 2-0 y jugando en casa. Sin embargo, a partir de ese momento, los Cavaliers tomaron las riendas del encuentro con el demoledor parcial que los puso en ventaja. Cleveland mostró una eficiencia asombrosa durante este periodo, anotando en sus primeras ocho posesiones del parcial y finalizando con cinco triples consecutivos en poco más de dos minutos.
Esta racha transformó un 15-6 a favor de Miami en un 39-20 en beneficio de Cleveland. El entrenador Atkinson elogió especialmente a Max Strus por su esfuerzo y lo describió como el jugador que realiza «todo el trabajo sucio» en el equipo. Evan Mobley resumió el momento diciendo que «recibimos el primer golpe y, a partir de ahí, simplemente nos hicimos con el control del partido».
Al descanso, el marcador reflejaba un 62-42 para Cleveland. A pesar de que los Cavaliers fallaron sus primeros ocho intentos en el inicio de la segunda mitad, Miami solo logró anotar cuatro puntos durante ese lapso, desaprovechando la oportunidad de recortar distancias. Los Cavaliers mantuvieron una cómoda ventaja de 88-64 al comenzar el último cuarto, lo que prácticamente sentenció el partido.
La serie retornará a Miami el próximo lunes, donde los Cavaliers buscarán completar la barrida. En la historia de la NBA, en 157 de las 159 ocasiones anteriores en las que un equipo ha tomado una ventaja de 3-0 en una serie, ha logrado ganar la eliminatoria.

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