La tensión en las series de playoffs de la NBA a menudo se manifiesta de formas inesperadas, y la contienda entre los Golden State Warriors y los Houston Rockets no ha sido la excepción. Durante el quinto partido de la serie, una acción en particular ha generado un debate considerable y ha puesto de manifiesto una zona gris en las reglas del juego.
En el transcurso del primer cuarto, Stephen Curry, el reconocido base de los Warriors, intentó un lanzamiento de triple. En ese instante, los jugadores de los Rockets, Alperen Sengun y Dillon Brooks, se lanzaron hacia él en un intento por contestar el tiro. Según la secuencia del juego, el brazo derecho de Brooks hizo contacto con la mano y el pulgar lesionado de Curry tras la liberación del balón. A pesar de la evidente incomodidad de Curry y las protestas de su entrenador, Steve Kerr, los árbitros decidieron no señalar falta alguna en la jugada.
Este incidente ha avivado la discusión sobre la intencionalidad de ciertas acciones por parte de los Rockets, específicamente si estaban apuntando deliberadamente al pulgar lesionado de Curry después de sus lanzamientos. Aunque las reglas actuales de la NBA permiten el contacto después de que el balón ha salido de las manos del tirador, siempre y cuando no sea percibido como una acción flagrante, la reiteración de este tipo de interacciones ha generado preocupación en el bando de los Warriors.

Curry, quien sufrió la lesión inicial en el pulgar en enero y la agravó recientemente, juega actualmente con un vendaje de protección y recibe tratamiento. A pesar de la lesión, el jugador ha mantenido que no ha afectado su desempeño en la cancha. Sin embargo, otros miembros del equipo han expresado su inquietud. Draymond Green, ala-pívot de los Warriors, comentó que percibió estas acciones de los Rockets como algo «bastante obvio».
El entrenador Steve Kerr abordó la cuestión con mayor profundidad, señalando que, si bien no culpa a los jugadores de los Rockets por intentar aprovechar cualquier ventaja dentro de las reglas existentes, considera que la norma en sí misma necesita ser revisada. Kerr calificó la regla actual como «lo más tonto que he oído», argumentando que es sólo «cuestión de tiempo» antes de que un jugador sufra una lesión más grave, como una fractura de pulgar o mano, debido a este tipo de contactos. Ha expresado su confianza en que la liga modificará esta regla en la próxima temporada, tras el debido proceso a través del comité de competición.
Dillon Brooks, por su parte, desestimó las acusaciones sobre su intencionalidad, mencionando que simplemente «ha estado jugando el partido». Añadió que, si un jugador rival tuviera, por ejemplo, un tobillo lesionado, él «atacaría ese tobillo cada vez», lo que refuerza la percepción de una estrategia deliberada por parte de los Rockets, aunque esté dentro de los límites del reglamento.
La serie continúa marcada por este tipo de situaciones. Si bien los Warriors se vieron superados en el quinto partido, llegando a estar 31 puntos por debajo, tanto los jugadores como el cuerpo técnico mantienen la calma, amparados en su experiencia en playoffs. Draymond Green hizo referencia a un momento similar en 2022 durante su camino al campeonato, donde una derrota abultada en el quinto partido no impidió que cerraran la serie en el siguiente encuentro. Jimmy Butler, quien se unió a los Warriors tras un traspaso y tiene experiencia en situaciones de presión en postemporada, también manifestó la confianza del equipo de cara al próximo partido en casa.
La situación en torno a la lesión de Curry y la interpretación de las reglas por parte de los Rockets añade un componente estratégico y físico a una serie ya de por sí intensa. El desenlace de este enfrentamiento sigue siendo incierto, pero la controversia sobre el juego brusco y las normativas vigentes en la NBA seguramente continuará generando debate en los próximos días.

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