La fabricación de señalizadores de seguridad para ciclistas a partir de neumáticos fuera de uso (NFU) es una innovación que está ganando relevancia en el ámbito de la movilidad sostenible en España. Con aproximadamente 9 millones de ciclistas activos en el país y un crecimiento constante de la infraestructura para bicicletas, la seguridad vial se ha convertido en una preocupación cada vez más acuciante.
A pesar de los esfuerzos por mejorar la infraestructura y la conciencia vial, los accidentes que involucran a ciclistas siguen siendo significativos. En la Unión Europea, los ciclistas representan el 10% de las muertes por accidentes de tráfico, lo que destaca la necesidad de implementar medidas que garanticen su seguridad.
Los señalizadores de carril bici fabricados a partir de neumáticos fuera de uso ofrecen una solución ecológica y efectiva para mejorar la seguridad de los ciclistas. Estas balizas no solo son altamente visibles, sino que también son duraderas y resistentes, lo que contribuye a reducir el impacto ambiental asociado con los neumáticos desechados.
Cada baliza de carril bici está compuesta por aproximadamente 1,8 kilos de goma reciclada, obtenida a partir del procesamiento de NFU. Esta reutilización inteligente no solo ayuda a gestionar un importante problema ambiental, sino que también aporta beneficios en términos de durabilidad y resistencia frente a las condiciones climáticas adversas.
La colocación estratégica de estos señalizadores a lo largo de los carriles bici permite una clara separación entre vehículos y ciclistas, reduciendo los riesgos de accidentes y mejorando la movilidad urbana y rural de manera segura para todos los usuarios de la vía.
En España, se desechan alrededor de 295.000 toneladas de neumáticos cada año, mientras que en Europa esta cifra asciende a 3,5 millones de toneladas. La utilización de NFU para fabricar señalizadores de carril bici no solo ayuda a reducir la cantidad de residuos, sino que también contribuye a la consecución de los objetivos de desarrollo sostenible para el año 2030.
En resumen, los señalizadores de seguridad para ciclistas fabricados a partir de neumáticos fuera de uso representan una alternativa sostenible, eficiente y segura para mejorar la infraestructura ciclista en las ciudades y promover el uso de medios de transporte más respetuosos con el medio ambiente. Esta innovación no solo garantiza la seguridad de los ciclistas, sino que también respalda la economía circular al dar una nueva vida a los neumáticos desechados.
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