La segunda ronda de los playoffs de la NBA 2025 ha estado marcada por encuentros al límite, con emocionantes prórrogas y remontadas épicas en los últimos cuartos. Se esperaba que los equipos con mejor clasificación impusieran su dominio desde el inicio, pero la realidad ha sido notablemente distinta. Ninguno de los favoritos logró imponerse en el primer partido de sus respectivas series, una señal temprana de la intensa batalla que se desarrollaría.
A pesar de los tropiezos iniciales, equipos como los Boston Celtics y los Minnesota Timberwolves han logrado recuperarse y demostrar por qué terminaron la temporada regular en posiciones privilegiadas. Sin embargo, la presión se cierne sobre algunos conjuntos debido a las lesiones de figuras clave, como Stephen Curry o Karl-Anthony Towns, circunstancia que añade un elemento de incertidumbre a las eliminatorias.
Expertos analistas de la NBA han compartido sus perspectivas sobre los aspectos más relevantes de esta fase crucial. Uno de los interrogantes centrales gira en torno a qué jugador carga con mayor responsabilidad en los partidos decisivos. Aunque la atención suele centrarse en estrellas como Jayson Tatum de los Celtics, cuyo rendimiento ha generado debate por su selección de tiro, o Jaylen Brown, con porcentajes discretos desde el perímetro, la situación de los New York Knicks pone el foco en otra figura. El equipo neoyorquino, a pesar de contar con la admiración general por su capacidad de resistencia, necesita urgentemente una actuación estelar de su base All-Star, Jalen Brunson.

Brunson, cuya reputación en Nueva York es altísima gracias a sus actuaciones decisivas, se ha visto neutralizado por la excelsa defensa de los Celtics, particularmente por la labor de Derrick White y Jrue Holiday. Sus porcentajes de tiro en la serie distan de ser los habituales, y además, el equipo de Boston ha logrado limitar sus viajes a la línea de tiros libres, una de las armas ofensivas más potentes de Brunson. La ofensiva de los Knicks, con promedios de puntos por debajo de los 100 en tiempo reglamentario y pobres porcentajes de campo, se ve aún más mermada por la lesión en la mano de Karl-Anthony Towns y la estrategia de los Celtics de cometer faltas intencionadas sobre Mitchell Robinson, cuya efectividad desde la línea de personal es muy mejorable, lo que frena considerablemente el ritmo de ataque de Nueva York.
En otra de las series, la posibilidad de que se extienda a un séptimo partido pasa, según los especialistas, por la recuperación del acierto anotador de Nikola Jokic. El tres veces MVP atraviesa un bache inusual, registrando sus peores porcentajes de tiro en tres partidos consecutivos con un volumen significativo de lanzamientos, algo inédito en su carrera. Además, su balance de asistencias y pérdidas de balón en la serie es negativo. Ciertamente, la destacada defensa de Oklahoma City, considerada una de las mejores de la liga, merece reconocimiento por dificultar el juego del serbio, y se espera que mantengan esa intensidad a medida que avanza la eliminatoria.
Por su parte, los Minnesota Timberwolves, a pesar de ser uno de los equipos más completos de la liga, destacando tanto en ataque como en defensa, presentan una debilidad aparente en la protección del balón. Aun liderando su serie, han cometido más pérdidas de balón que sus rivales en dos de los tres encuentros disputados. Los Golden State Warriors, incluso sin la presencia de Stephen Curry, lesionado en un isquiotibial, podrían explotar esta vulnerabilidad. La clave para Golden State reside en que jugadores como Draymond Green, Jimmy Butler, Brandin Podziemski, Gary Payton II y Jonathan Kuminga continúen ejerciendo presión sobre los manejadores de balón de Minnesota. Si logran capitalizar las pérdidas de los Timberwolves con una transición ofensiva más organizada, podrían robar algún partido y darle a Curry la oportunidad de recuperarse para un posible sexto encuentro.
Mientras tanto, en la Conferencia Este, los Cleveland Cavaliers buscan reencontrar la efectividad ofensiva que los caracterizó en la temporada regular. Con el mejor rating ofensivo de la liga, han decepcionado en esta ronda más allá de las actuaciones de Donovan Mitchell. Su reciente derrota, que los ha dejado al borde de la eliminación, evidenció sus problemas, con un primer tiempo de escasa anotación y numerosas pérdidas. La situación se agrava por la lesión de tobillo de Mitchell, que le impidió jugar la segunda parte del último encuentro.
La mayor sorpresa de esta segunda ronda reside precisamente en el inesperado equilibrio. Equipos que dominaron la temporada regular con diferencias de puntos notables y que arrollaron en la primera ronda, ahora se enfrentan a serias dificultades. La disparidad pronosticada no se ha materializado, y la igualdad ha propiciado partidos más atractivos y una competición más reñida de lo previsto.
A pesar de los giros inesperados, algunos analistas mantienen sus predicciones iniciales para las Finales de la NBA, apostando por un enfrentamiento entre Boston y Oklahoma City. Argumentan que los Celtics, si bien han tenido altibajos, poseen las herramientas para superar a los Knicks y, ante unos Cavaliers mermados, partirían como favoritos en una final de conferencia. En el Oeste, aunque Minnesota se presenta como un contendiente serio, los Thunder, con la ventaja de campo a su favor, continúan siendo los favoritos para alcanzar la gran final.

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