¿Por qué procrastinamos más al comenzar el curso?
En esta época del año, con la vuelta a la rutina, es común experimentar una sensación de procrastinación, es decir, dejar para más adelante las tareas que debemos realizar. Según Diego Cortés, psicólogo de Consulta Despertares, este fenómeno puede originarse por la ruptura de hábitos durante las vacaciones, pasando de un periodo de baja demanda física y mental a un aumento repentino en el nivel de exigencia.
Durante las vacaciones, es frecuente sentir una desconexión de las responsabilidades previas, lo que al volver a la rutina puede generar una pérdida de gratificación inmediata de las tareas cotidianas, reduciendo nuestra motivación y propiciando la procrastinación.
Consecuencias de procrastinar demasiado
Dejar tareas para más tarde puede tener efectos adversos a corto, medio y largo plazo. Entre las principales consecuencias destacan el aumento del estrés y la ansiedad, la disminución del rendimiento, impactos negativos en la autoestima y autoconfianza, y problemas de salud derivados del agotamiento mental.
Es importante destacar que procrastinar ocasionalmente no nos convierte en procrastinadores crónicos, pero convertirlo en un hábito puede dificultar el cumplimiento de responsabilidades de manera oportuna.
¿Vaguedad o mal manejo de emociones?
A menudo se relaciona la procrastinación con la pereza, pero según Cortés, detrás de este comportamiento pueden estar presentes diversas emociones como la ansiedad, la falta de hábitos establecidos o el perfeccionismo. La procrastinación puede ser una estrategia para evitar el malestar asociado al perfeccionismo y a la presión autoimpuesta de lograr resultados ideales.
Perfeccionismo y procrastinación
Luis Guillén Plaza, psicólogo de Salud y Trabajo, afirma que el perfeccionismo y la procrastinación están estrechamente relacionados, ya que ambos son manifestaciones del manejo de emociones y la búsqueda de excelencia. La procrastinación puede ser una estrategia para gestionar la ansiedad y la inseguridad vinculadas al perfeccionismo.
Sentimiento de frustración
La procrastinación crónica puede llevar a sentimientos de culpa, frustración y fracaso personal, lo cual afecta negativamente a la autoconfianza y genera un ciclo negativo de evitación de tareas.
Cómo dejar de procrastinar
Para superar la procrastinación, es fundamental abordar las causas subyacentes y aplicar estrategias específicas. Algunas recomendaciones incluyen dividir las tareas en pasos pequeños, gestionar el tiempo adecuadamente, establecer prioridades, evitar distracciones y establecer pequeñas recompensas.
Recurrir a una agenda
El uso de agendas o planificadores puede ser útil para estructurar el tiempo, reducir el estrés y aumentar la claridad mental. Sin embargo, es importante tener en cuenta las dificultades que pueden surgir al utilizar estas herramientas, como la sobrecarga de tareas, la falta de flexibilidad y la inconsistencia en su uso.
En resumen, la procrastinación puede tener diversos orígenes emocionales y comportamentales, y superarla requiere identificar las causas individuales y aplicar estrategias personalizadas. Ante la persistencia de este patrón, es recomendable buscar ayuda profesional para abordar de manera efectiva este problema.
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