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Duzan Duong explora el anime y el cine checo-vietnamita en ‘Summer School, 2001’

En la pequeña ciudad checa de Cheb, donde las calles conservan el eco de una historia multicultural, una nueva película está a punto de poner en el mapa la experiencia de una comunidad poco representada. Summer School, 2001, el debut cinematográfico del director vietnamita-checo Dužan Duong, se estrenará mundialmente en el 59º Festival Internacional de Cine de Karlovy Vary, marcando un hito como el primer largometraje checo-vietnamita en abordar la identidad migrante con autenticidad y humor.

La cinta sigue a Kien, un adolescente de 17 años que regresa a la República Checa después de una década en Vietnam, solo para encontrarse con un padre distante, una madre cansada y un hermano que lo desafía. "Es una historia sobre el conflicto generacional y la búsqueda de pertenencia", explica Duong, cuyo guion —escrito junto a Jan Smutný y Lukáš Kokeš— se nutre de su propia vida. Hijo de trabajadores vietnamitas que llegaron durante la Guerra Fría, el director creció bajo el cuidado de una familia checa, una experiencia que lo dejó "dividido entre dos culturas".

El elenco, compuesto principalmente por actores no profesionales, refleja esa realidad. El joven protagonista fue descubierto en una tienda de barrio: "Busqué autenticidad, no interpretación", confiesa Duong. El rodaje, realizado en Praga y Eslovaquia por limitaciones presupuestarias, obligó a recrear Cheb con ingenio. "Si Netflix puede fingir Praga como Nueva York, nosotros podíamos hacer lo mismo", bromea.

Pero el film no es solo un retrato íntimo. También revela prácticas culturales poco conocidas en Europa, como el envío de niños a Vietnam para aliviar la carga económica de los padres. "Para los vietnamitas es normal, pero aquí sorprende", admite el director. La comunidad, la tercera minoría más grande del país, ha respondido con entusiasmo: "Hay una expectativa enorme. No quiero defraudarlos".

Paralelamente, Duong prepara Lost Boys, una serie anime que explora la adicción digital de la Generación Z. Inspirada en su hermana menor, la trama sigue a una joven que se infiltra en una pandilla callejera para "sentir la vida real". El proyecto, que presentará en Karlovy Vary, evidencia su obsesión por narrar las grietas de la identidad contemporánea.

Con un estilo que oscila entre lo documental y lo narrativo, Summer School, 2001 promete no solo entretener, sino también abrir un diálogo sobre lo que significa crecer entre mundos. "Es mi manera de hablar con mis padres", concluye Duong. Y, quizás, de que Checoeslovaquia escuche.

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Escrito por Redacción - El Semanal

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