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El ayuno intermitente transforma el cuerpo en una experiencia desconocida

El ayuno intermitente ha ganado popularidad como una forma efectiva para perder peso y controlar la ingesta calórica. Aunque su eficacia ha sido objeto de debates y controversias, sigue atrayendo la atención de quienes buscan mejorar su salud a través de esta práctica.

Un reciente estudio ha explorado la relación entre el ayuno intermitente y los cambios en el cerebro y el sistema gastrointestinal. Se ha observado que esta forma de restricción calórica intermitente puede tener efectos dinámicos en el microbioma intestinal, aunque aún no se comprende completamente la relación causa-efecto detrás de estos cambios.

El ayuno intermitente, una práctica que ha existido durante siglos en diversas formas, se ha convertido en un método popular para perder peso en la actualidad. Existen varias formas de ayuno intermitente, que van desde periodos diarios de restricción de alimentos hasta días completos sin comer, cada una con sus propias variaciones y beneficios potenciales.

Un estudio reciente incluyó a 25 participantes con obesidad que siguieron un programa de ayuno intermitente durante dos meses. Los resultados mostraron una pérdida promedio de 7,6 kilogramos de peso corporal, lo que representa el 7,8% de su peso inicial. Sin embargo, lo más relevante fueron los cambios observados en el cerebro y el sistema gastrointestinal de los participantes.

Los investigadores utilizaron resonancias magnéticas funcionales para analizar los cambios en el cerebro, así como muestras de sangre y heces para estudiar el microbioma intestinal. Se observaron alteraciones en áreas cerebrales asociadas con el apetito y la adicción, junto con modificaciones en la composición de la microbiota intestinal, incluido un aumento relativo de ciertas bacterias y una disminución de otras.

A pesar de los resultados positivos en la pérdida de peso, los investigadores señalan que la verdadera importancia del estudio radica en comprender mejor la relación entre el cerebro y el sistema gastrointestinal. La correlación entre los cambios observados es clara, pero aún se desconoce si los cambios en el cerebro impulsan las transformaciones en el microbioma o viceversa.

En palabras de Yongli Li, coautora del estudio, «Un microbioma intestinal sano es crucial para mantener un peso corporal normal, mientras que un desequilibrio puede afectar la conducta alimentaria al influir en áreas del cerebro asociadas con la adicción». Aclarar estas cuestiones de causalidad podría ser el siguiente paso en la investigación para comprender mejor los mecanismos que conectan el cerebro y el sistema gástrico.

El estudio ha sido publicado en la revista «Fronteras en microbiología celular e infecciosa», destacando la importancia de seguir investigando los efectos del ayuno intermitente en el cuerpo humano. A medida que se profundiza en este tema, se abre la puerta a nuevos descubrimientos que puedan beneficiar la salud y el bienestar de las personas que optan por esta práctica.

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Escrito por Redacción - El Semanal

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