Redacción - El Semanal
En 1975, Bill Gates y Paul Allen fundaron Microsoft, una empresa que hoy en día es uno de los gigantes tecnológicos más importantes a nivel mundial. La compañía, que comenzó como desarrolladora de software, ahora tiene una capitalización de mercado que supera los 3 billones de dólares. Un dato relevante que muchos se cuestionan es ¿quién es el actual dueño de esta gran empresa?
La estructura accionarial de Microsoft ha evolucionado, y en la actualidad, aproximadamente el 70% de las acciones emitidas de la empresa están en manos de inversores de empresas privadas y grandes fondos. Este alto nivel de concentración de propiedad institucional garantiza una estabilidad significativa en el precio de las acciones, dado el carácter a largo plazo de las inversiones de estos actores.
Entre los cinco principales accionistas institucionales se encuentran nombres reconocidos en el mundo de la gestión de activos. Por ejemplo, el Grupo Vanguardia representa el 8,7% del capital social total de Microsoft, seguido por BlackRock con el 7,1%, el Banco de la Calle Estatal con el 3,8%, Fidelity (FMR LLC) con el 2,9% y los Asociados de Precios de T Rowe con el 2% del capital social total.
Además de la influencia de los inversores institucionales, Microsoft cuenta con importantes accionistas individuales que han dejado su huella en la empresa a lo largo de los años. Personajes destacados como Steve Ballmer, ex director ejecutivo, posee el 4% de las acciones totales, mientras que Bill Gates, a pesar de haber reducido su participación, sigue siendo un accionista clave con el 1,34%. El actual director general, Satya Nadella, posee el 0,01%, y figuras como Bradford L. Smith y Amy E. Hood también tienen participaciones minoritarias en la compañía.
La expansión de Microsoft va más allá de su sistema operativo Windows, abarcando una amplia gama de productos y servicios como herramientas de desarrollo de software, soluciones empresariales, videojuegos, servicios en la nube basados en Azure y publicidad en línea. La adquisición reciente de Activision Blizzard, con ingresos estimados en 2023 de 69 mil millones de dólares, es un ejemplo claro de la continua expansión y adaptación de Microsoft en el mercado tecnológico global.
En 2024, se espera que la estructura de propiedad de Microsoft siga estando dominada por grandes inversores institucionales, aunque las contribuciones de accionistas individuales clave que han marcado la historia de la empresa seguirán siendo relevantes en su camino hacia la innovación y el crecimiento.
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