El significado del color hidrógeno, distinguiendo entre verde, marrón, azul y turquesa.

El hidrógeno, como elemento químico fundamental en nuestro proceso de descarbonización, desempeña un papel crucial en la transición hacia energías más limpias y sostenibles. A pesar del notable avance y protagonismo de las energías renovables, como la solar y la eólica, no podemos pasar por alto la importancia del hidrógeno en este panorama de lucha contra el cambio climático.

Este elemento, siendo el más abundante en el universo, encuentra su principal desafío en su extracción, dado que suele combinarse con otros elementos como el carbono u oxígeno, dificultando su obtención pura. Sin embargo, gracias a diversos métodos de separación, es posible obtener hidrógeno de forma respetuosa con el medio ambiente, lo que nos lleva a la categorización de diferentes colores de hidrógeno según su origen y proceso de producción.

En esta clasificación, encontramos al hidrógeno verde, derivado de fuentes renovables como la energía solar, eólica o hidroeléctrica, siendo considerado el más limpio al no emitir dióxido de carbono durante su producción. Le sigue el hidrógeno rosa, obtenido a través de energía nuclear, y el hidrógeno azul, producido a partir de gas natural con captura y almacenamiento de carbono para reducir las emisiones.

Además, se distingue el hidrógeno turquesa, generado mediante pirólisis de metano para disminuir emisiones, el hidrógeno amarillo extraído por electrólisis con electricidad de la red principal, y el menos sostenible, el hidrógeno gris, similar al azul pero sin tecnología de captura de CO2, siendo el más común en España y de origen fósil.

Estos distintos colores de hidrógeno apuntan hacia la necesidad de transitar hacia formas más limpias y sostenibles de energía, siendo el verde el objetivo a alcanzar para reducir las emisiones y contribuir a la mitigación del cambio climático. A pesar de su potencial transformador en sectores como la industria y el transporte, el principal obstáculo sigue siendo el costo, ya que el hidrógeno verde es considerablemente más caro que otras variantes menos sostenibles.

En conclusión, el hidrógeno se erige como una pieza clave en la revolución energética actual, ofreciendo soluciones viables para un futuro más sostenible y respetuoso con el medio ambiente. Es imperativo continuar avanzando en la investigación y desarrollo de tecnologías que impulsen el uso de hidrógeno verde, allanando el camino hacia un sistema energético más limpio y eficiente.