Elsa Pataky revela el mejor entrenamiento para quemar grasa: ¡No hay debate!

Entrenamientos de fuerza: la nueva tendencia para quemar grasa y perder peso

En tiempos pasados, la clasificación de los ejercicios solía ser más simple, con la creencia predominante de que hacer ejercicios cardiovasculares era la mejor manera de quemar calorías y adelgazar. No obstante, en la actualidad, los ejercicios de fuerza están emergiendo como una alternativa igualmente efectiva, si no superior. Durante un evento de la marca Biotherm, Elsa Pataky afirmó que desarrollar la masa muscular es fundamental para el bienestar del cuerpo. Por lo tanto, es momento de seguir su consejo y empezar a entrenar de manera óptima para deshacernos de la grasa acumulada y, al mismo tiempo, vivir más y mejor.

Antes de continuar, es importante explicar de manera concisa cómo se queman calorías con los distintos tipos de ejercicios:
– Los ejercicios de cardio activan la quema de calorías de forma momentánea al aumentar el ritmo cardíaco en ejercicios prolongados como correr, nadar, andar en bicicleta, saltar la cuerda, hacer burpees, entre otros.
– Los ejercicios de fuerza utilizan diversos métodos de resistencia para desarrollar los músculos y, al mismo tiempo, favorecer la quema de grasa. Puede ser mediante el peso corporal, como en la plancha, las flexiones y la calistenia, o utilizando pesas y máquinas para agregar más resistencia.

Es importante destacar que cada vez más profesionales desmienten la creencia obsoleta de que solo el cardio y una dieta reducida son suficientes para perder peso y quemar grasa. Expertos de Neolife afirman que realizar ejercicios de fuerza como sentadillas, abdominales, dominadas y otros no solo es beneficioso, sino que también tiene un impacto positivo en el metabolismo basal.

Durante un entrenamiento de fuerza, el organismo consume energía, dependiendo de factores como la carga y la duración del ejercicio. Además, este consumo continúa incluso después de finalizar el ejercicio, ya que el cuerpo necesita quemar la grasa acumulada durante la recuperación del esfuerzo.

Para perder grasa, es necesario activar el metabolismo, lo que implica incrementar el consumo de calorías por parte del cuerpo. Los músculos son uno de los tejidos que más energía consumen, por lo que a mayor masa muscular, más energía necesita el organismo para mantenerlos activos. En consecuencia, el ejercicio de fuerza tiene efectos a largo plazo en la reducción de grasa corporal, ya que no solo quema calorías durante la actividad física, sino que también consume energía de las reservas del cuerpo incluso en reposo, lo que se conoce como metabolismo basal.

Expertos coinciden en que combinar el cardio con ejercicios de fuerza es la estrategia más efectiva para quemar grasa. Además, el ejercicio de fuerza proporciona beneficios adicionales para la salud a largo plazo. Según David Baeza de Neolife, este tipo de entrenamiento es una herramienta fundamental para promover un envejecimiento activo y saludable, contribuyendo a la salud ósea, el bienestar mental, la resistencia a enfermedades crónicas, la regulación del sueño y el equilibrio hormonal.

Para optimizar el ejercicio de fuerza, es importante trabajar con conceptos como la intensidad y la sobrecarga progresiva. La intensidad se refiere al grado de esfuerzo o resistencia aplicado durante la actividad física, mientras que la sobrecarga progresiva implica aumentar gradualmente la carga de trabajo para estimular la adaptación continua del cuerpo. Ajustar la intensidad y aplicar la sobrecarga progresiva de manera efectiva requiere de un seguimiento profesional y una alimentación específica para evitar lesiones y problemas de salud.

En resumen, la tendencia actual indica que los ejercicios de fuerza son tan efectivos, e incluso más, que los ejercicios cardiovasculares para quemar grasa y perder peso. Incorporar rutinas de entrenamiento de fuerza a nuestra vida diaria no solo nos ayudará a alcanzar nuestros objetivos estéticos, sino que también nos brindará beneficios significativos para nuestra salud y bienestar a largo plazo.