Redacción - El Semanal
La selección boliviana de fútbol logró una victoria histórica frente a Colombia en el estadio de El Alto, ubicado a más de 4.000 metros sobre el nivel del mar. Dirigidos por Óscar Villegas, los bolivianos vencieron a los cafeteros por la mínima diferencia, siendo esta la primera derrota de Colombia en las Eliminatorias hasta el momento.
Este triunfo representa un momento excepcional para Bolivia, que en la jornada anterior había sumado seis puntos en dos partidos y comienza a ilusionarse con la posibilidad de clasificar al Mundial 2026, que se llevará a cabo en Estados Unidos, México y Canadá.
La prensa boliviana celebró este triunfo con emoción, destacando la importancia de romper la larga racha negativa que tenían contra Colombia. El medio Visión 360 mencionó que Bolivia logró poner fin a una racha de 21 años sin vencer a Colombia en casa durante las eliminatorias.
Por otro lado, El Deber expresó su alegría con titulares como: «El día en que fuimos felices… ¡Qué golazo Miguelito! Lo de Bolivia en el Titán de Villa Ingenio fue sensacional». También se reconoció que jugadores como James Rodríguez y Córdoba representaron un desafío para Bolivia, pero la defensa boliviana, liderada por Haquin, Medina y Suárez, pudo contener los ataques clave del equipo colombiano.
Ahora, la selección boliviana enfrentará un nuevo desafío al visitar a la vigente campeona del mundo, Argentina, el próximo martes 15 de octubre a las 7:00 p.m. (hora Colombia). Un encuentro que pondrá a prueba la actual buena racha y el crecimiento del equipo boliviano en estas Eliminatorias.
Considero que el artículo exagera al describir el festejo de la prensa boliviana tras vencer a Colombia como «emotivo» y «conmovedor». Si bien es comprensible la emoción de celebrar una victoria deportiva, no considero que sea necesario exagerar de tal manera. Además, creo que se debería dar más importancia al análisis del desempeño de ambos equipos en el partido en lugar de centrarse únicamente en la reacción de la prensa. Es importante mantener un equilibrio entre la emoción del momento y la objetividad en la cobertura de eventos deportivos.