Redacción - El Semanal
Rolex ha sido reconocido mundialmente por la calidad de sus relojes, diseñados para perdurar durante décadas. Un ejemplo de esto es James Steele, un productor lechero británico de 95 años, quien perdió su amado Rolex mientras trabajaba en su granja en la década de 1970.
La historia de Steel se volvió legendaria en los medios locales británicos cuando logró recuperar su Rolex perdido de una manera inusual. Después de que el reloj fue ingerido por una de sus vacas, la combinación de habilidad y suerte permitió que, después de cinco años y varios sacrificios, el reloj fuera encontrado.
El reloj en cuestión era un Rolex Air-King Súper Precisión 5500, por el cual Steele había ahorrado durante años y que representaba un símbolo de su esfuerzo y dedicación. Sin embargo, un día desafortunado, la cerradura del reloj se abrió mientras cuidaba su ganado, y el reloj cayó en una pradera que rodeaba su granja en Shropshire.
A pesar de buscar incansablemente durante varios días, finalmente Steele tuvo que resignarse y reemplazar su Rolex perdido por otro. Incluso un veterinario local sugirió que el reloj podía haber sido devorado por una de las vacas, haciéndolo improbable de recuperar.
Sin embargo, la historia dio un giro inesperado cuando un cazador de tesoros local logró encontrar el Rolex perdido en la propiedad de la familia Steele después de un exhaustivo rastreo con un detector de metales. El reencuentro entre Steele y su Rolex perdido después de más de cincuenta años fue un momento emotivo para todos los involucrados.
A pesar de la alegría de encontrar el reloj, su estado después de haber pasado por varios estómagos de vaca durante décadas era evidente. La caja estaba oxidada, abollada, la esfera original amarillenta y el cristal gravemente rayado, con signos evidentes de deterioro.
El hijo de Steele, Andrew, quien ahora administra la granja familiar, se encargó de llevar el Rolex encontrado a un experto en restauración de relojes mecánicos en los Países Bajos. El relojero profesional se dedicó durante dos meses a restaurar el Rolex, conservando la mayor cantidad posible de sus componentes originales como testimonio de sus experiencias.
El proceso de restauración no fue sencillo, ya que se debió pulir cuidadosamente la caja de acero inoxidable para eliminar el óxido, conservando las imperfecciones originales causadas por el paso del tiempo. A pesar de los desafíos, el reloj fue devuelto a Steele en perfectas condiciones, convirtiéndose en un valioso recuerdo de su historia.
La historia de James Steele y su Rolex perdido es un recordatorio de la durabilidad y calidad de estos relojes icónicos, así como de la importancia de conservar no solo el objeto en sí, sino también su historia y significado para sus propietarios. El valor sentimental de un reloj va más allá de su materialidad y precio, convirtiéndolo en un tesoro digno de preservar y apreciar con el paso del tiempo.
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