El caos aéreo se apodera de Europa: Francia paralizada por huelga de controladores
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Miles de pasajeros enfrentan este jueves uno de los días más complicados para viajar hacia, desde o a través de Francia. Una huelga masiva de controladores aéreos ha provocado la cancelación de más de 400 vuelos en territorio francés, según datos oficiales, dejando a turistas y viajeros de negocios en un limbo logístico sin precedentes este verano.
Las principales aerolíneas, incluidas Air France, easyJet y Ryanair, han tenido que ajustar sus operaciones de manera urgente. Cerca del 30% de los vuelos programados en el espacio aéreo galo se han visto afectados, generando un efecto dominó en conexiones internacionales clave, especialmente en rutas entre España, Italia y el norte de Europa.

Derechos y reembolsos: qué deben saber los afectados
La legislación europea establece que, en casos de cancelación por motivos ajenos al viajero, las compañías están obligadas a reembolsar el billete completo u ofrecer un vuelo alternativo. Además, si la demora supera las tres horas, podrían aplicarse compensaciones económicas de hasta 600 euros, dependiendo del recorrido. Expertos en derecho aeronáutico recomiendan a los pasajeros guardar facturas de gastos adicionales —como alojamiento o comidas— para incluirlas en posibles reclamaciones.
Impacto regional y alternativas
Los aeropuertos de París-Charles de Gaulle y Orly son los más perjudicados, pero el cierre parcial del espacio aéreo también ha trastocado operaciones en ciudades como Marsella, Lyon y Toulouse. Para los viajeros con destinos en el sur de Europa, se sugiere valorar conexiones a través de hubs como Madrid-Barajas o Milán-Malpensa, menos expuestos a la convulsión francesa.
Según fuentes del sector, el conflicto laboral podría prolongarse si no hay avances en las negociaciones salariales, lo que agravaría la situación durante la temporada alta. La Dirección General de Aviación Civil francesa ha instado a las aerolíneas a informar con "máxima transparencia" a los usuarios, aunque muchos critican la falta de planes de contingencia eficaces.
Mientras tanto, las redes sociales se han convertido en un termómetro de la indignación, con cientos de afectados compartiendo imágenes de largas colas en mostradores y salas de espera abarrotadas. La huelga no solo evidencia la fragilidad del transporte aéreo ante protestas sindicales, sino también la necesidad de reformas estructurales en un sector clave para la movilidad europea.
Para aquellos con vuelos programados en los próximos días, la recomendación es clara: consultar el estado del trayecto con la aerolínea y explorar opciones terrestres —trenes de alta velocidad o autobuses— en rutas de media distancia. La incertidumbre sigue en el aire, y con ella, la sombra de nuevas cancelaciones.

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