Las carreteras de Fujairah, uno de los emiratos menos conocidos de los Emiratos Árabes Unidos, se han convertido en el escenario de una innovación que fusiona ingeniería vial y arte musical. Al transitar por ciertos tramos de la autopista montañosa, los conductores no solo perciben las tradicionales bandas sonoras —diseñadas para alertar sobre posibles salidas de carril—, sino que también escuchan los compases de la Novena Sinfonía de Beethoven. Esta singular intervención transforma una herramienta de seguridad en una experiencia cultural inesperada.
La iniciativa, desarrollada por autoridades locales en colaboración con expertos en acústica, aprovecha la disposición estratégica de las estrías en el asfalto. Cada ranura, cuidadosamente espaciada y con diferentes profundidades, vibra al contacto con los neumáticos, generando notas musicales específicas. El resultado es una melodía reconocible que se activa al circular a la velocidad recomendada de 80 km/h. Este detalle técnico no es casual: busca incentivar el respeto a los límites de velocidad mientras se ofrece un guiño artístico a los viajeros.
Más allá de su valor anecdótico, el proyecto refleja una tendencia creciente en el diseño urbano: integrar elementos estéticos o lúdicos en infraestructuras prácticas. Ciudades como Dinamarca o Japón ya han experimentado con caminos que emiten sonidos armónicos, pero la elección de una obra clásica universal como la de Beethoven añade un componente de sofisticación. "Es una forma de humanizar la tecnología y sorprender positivamente a quienes recorren estas rutas", comentó un representante del departamento de transporte de Fujairah, evitando revelar si hay planes para replicar la idea en otras regiones.

Para los melómanos, la iniciativa puede ser un aliciente más para explorar esta zona, conocida por sus paisajes agrestes y su patrimonio histórico. Sin embargo, especialistas advierten que el efecto sonoro depende de variables como el tipo de vehículo o el estado de los neumáticos. Además, señalan que, en condiciones de tráfico intenso, la sinfonía podría diluirse entre el ruido ambiente. Aun así, la propuesta subraya cómo la moda en diseño urbano —cada vez más orientada a experiencias multisensoriales— traspasa fronteras y disciplinas.
Mientras algunas voces cuestionan el coste de implementación o su utilidad práctica, otros celebran la creatividad detrás de un gesto que convierte un trayecto cotidiano en un concierto efímero. En un mundo donde la funcionalidad suele primar sobre el arte, Fujairah demuestra que ambos conceptos pueden coexistir sobre el asfalto.

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