El conflicto en Oriente Medio continúa escalando, con Israel intensificando sus ofensivas contra Líbano en las últimas semanas. Los ataques, liderados por las Fuerzas de Defensa de Israel (IDF), se han vuelto cada vez más indiscriminados, según informaciones del Consejo de Ministros libanés. El número de civiles libaneses fallecidos ha superado los 2.530, con una creciente preocupación por los daños provocados a la población y la infraestructura del país.
En un reciente acontecimiento, el 23 de octubre, la IDF coordinó un ataque aéreo en la ciudad portuaria libanesa de Tiro, horas después de una serie de bombardeos en los suburbios del sur de Beirut que han dejado devastada la infraestructura local. El ministro del gabinete libanés, Nasser Yassin, señaló que Líbano necesitará aproximadamente 250 millones de dólares al mes para asistir a más de un millón de personas desplazadas debido a la escalada de hostilidades entre Israel y Líbano.
Las tensiones han llevado a la destrucción de edificios en Beirut y causado la muerte de 18 civiles en un ataque contra el Hospital Universitario Rafik Hariri, el más grande del país. Los temores de futuros ataques contra hospitales se han generalizado entre la población y las autoridades libanesas, mientras que las acciones de la IDF se justifican en la búsqueda de fondos para financiar ataques de Hezbollah.
La postura de la comunidad internacional frente a estos sucesos ha sido clara, con la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Volker Türk, advirtiendo que cualquier ataque a hospitales será objeto de una exhaustiva investigación. Por su parte, la Fuerza Provisional de las Naciones Unidas en Líbano (UNIFIL) ha detectado una serie de proyectiles lanzados al sur de la Línea Azul, impactando infraestructuras críticas en diferentes localidades.
El incremento de la violencia ha llevado a Hezbollah a endurecer su postura y declarar que el conflicto ha entrado en una «nueva fase de escalada». Analistas políticos como Amal Saad prevén que las hostilidades entre las partes continúen en aumento, considerando que Hezbollah ha demostrado ser más fuerte de lo que se pensaba inicialmente.
A pesar de los desafíos, la ONU y sus organizaciones afiliadas continúan brindando apoyo a las comunidades afectadas en Líbano. El Programa Mundial de Alimentos (PMA) ha distribuido comidas diarias y paquetes alimentarios, mientras que el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) ha entregado suministros médicos y apoyo psicosocial a los afectados. La cooperación con el Ministerio de Educación de Líbano también se mantiene para proporcionar recursos educativos a los niños desplazados.
En este contexto de crisis y violencia, es fundamental que la comunidad internacional continúe brindando apoyo humanitario y buscando una solución pacífica y duradera para el conflicto en Oriente Medio. La situación en Líbano requiere de una atención urgente y de acciones concertadas para asegurar la protección de la población civil y la reconstrucción del país.
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