El pasado martes, José Mourinho experimentó su primera desilusión al mando del Fenerbahçe de Turquía, tras empatar 1-1 con el Lille francés y ser eliminado en el global después de la derrota 2-1 en la ida. El Fenerbahçe apostó fuerte por Mourinho con la esperanza de lograr un éxito en la Champions League que no había alcanzado desde la temporada 2008/09.
A pesar de las altas expectativas depositadas en él por la afición del Fenerbahçe, Mourinho explicó que el club nunca le había presionado con respecto a la necesidad de jugar en la Champions League. Aun así, el entrenador portugués buscó alcanzar la excelencia y tras ganar su primer partido en la Liga turca, preparó a su equipo para enfrentar un desafiante duelo en el que tenían que remontar el marcador adverso de la ida.
El Lille resistió los intentos del Fenerbahçe, que se había reforzado este verano con una inversión de 48 millones de euros en jugadores como En-Nesyri, Söyüncü, Saint-Maximin, Krunic, Aydin y Tosun. A pesar del esfuerzo del equipo turco, el Lille logró aguantar las embestidas y avanzar a la siguiente fase de la Champions League, dejando a Mourinho y al Fenerbahçe fuera de la competición.
Esta eliminación representa un revés inesperado para Mourinho, quien llegó al Fenerbahçe con la intención de devolver al club a la élite europea. A pesar de su historial de éxitos en competiciones europeas, el técnico portugués ahora se enfrenta al desafío de reconstruir y motivar a su equipo para alcanzar sus objetivos en el ámbito nacional e internacional.
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